"Para Tod@s, Todo. Para Nosotr@s NADA" web de solidari@s con la insurgencia chiapaneca y las luchas indigenas en Venezuela y otras partes

30 abr 2017

Manifiesto de los Ye´Kwana y Sanema ante el Decreto del Parque Nacional de Caura

Nosotros los caciques, los capitanes, los jóvenes y las mujeres de cuarenta y ocho (48) comunidades Ye´kwana y Sanema, en el día de hoy, diecisietes  (17) de Abril del año Dos Mil diecisietes (2.017), siendo las ocho (8:00 pm) de la noche, reunido en la Asamblea Extraordinaria de la Organización Indígena de la Cuenca del Caura Kuyujani, en la comunidad indígena de Ninchare,  ubicada en el sector bajo Caura, Municipio Sucre del Estado Bolívar. Manifestamos nuestra posición frente al Decreto de Parque Nacional Caura; primero pretendemos expresar nuestra lucha en los últimos 20 años en relación de demarcación de propiedad Colectiva de tierra y hábitat indígena en el cual  hemos sido constantes, así logramos cumplir los requisitos para el titulo colectivo de nuestra tierra, sin embargo  ha sido incumplido por el gobierno. Razón por la cual reclamamos nuestro derecho originario, fundamental como base para el Plan de Vida.
Manifestamos  lo siguientes:

1.- Somos pueblos originarios de la Cuenca del Caura y Erebato desde miles de años, donde preservamos nuestro hábitat en un ambiente de equilibrio ambiental desde nuestra cosmovisión espiritual.  Que la tierra es fundamental para el Pueblo Ye´kwana y Sanema, donde nace nuestro patrimonio cultural: educación propia, la cultura y garantiza nuestra seguridad alimentaria, la de nuestros hijos y futuras generaciones.

2.- La constitución de la República Bolivariana de 1.999, reconoció nuestro derecho sobre todo derechos territoriales en el artículo 119 expresa: El estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus cultura, usos y costumbre, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originario sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan  y que son necesarias para desarrollar y garantizar forma de vida. Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar  garantizar el derecho de propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo establecido de esta constitución y en la ley. 
3.- Nuestra posición se basa en mantener la esperanza, en obtener el título Colectivo para seguir manteniendo y recrear nuestra matriz cultural. Que el Pueblo Ye´kwana y Sanema desde el año 2002 ha introducido una solicitud formal de reconocimiento de propiedad colectiva de hábitats y tierras ancestrales y después de 8 años en espera de una respuesta al expediente que cumple con todos los requisitos de ley vemos con preocupación que nuestra solicitud tiene 10 años en demora, y ante el vacío de resoluciones en cuanto a nuestro derecho constitucional no respondido, la minería ilegal avanza en nuestro territorio sin que el Gobierno Nacional ejerza las acciones penales correspondientes y las comunidades se encuentran indefensas ante la presencia de mineros ilegales violando nuestro derecho legítimo a la salud y a un territorio seguro, propio y con calidad de vida.
4.- RATIFICAMOS nuestro objetivo de la reconstitución de la territorialidad integral colectiva del Caura a partir  de la auto demarcación territorial y las áreas ocupadas ancestralmente, como parte de la solución del Estado de la deuda histórica pendiente de 4 millones de Has cuya solicitud de demarcación y titulación hecha en el 2006 no ha tenido respuesta sin explicación alguna de parte del Ejecutivo, siendo que la Procuraduría General de la República emitió y envió a la oficina de la Notaría de municipio Libertador de Caracas para su respectivo registro, como lo dicta la LOPCI, sin que se haya procedido, toda vez que el Ministerio del Ambiente pidió la devolución de dicho expediente, todo lo cual representa una clara violación a nuestros derechos.
4.- El decreto del Parque Nacional Caura, para  es violatorio de nuestros derechos, fundamentalmente el derecho territorial debido a que la figura del parque solo permite las actividades de la educación, investigación, turismo y recreación, ante dicho concepto desde nuestra visión contradice lo que es nuestro modo de vida milenaria.
5.- El gobierno nacional no  hizo  la debida CONSULTA PREVIA e INFORMADA a los 48 comunidades ye´kwana y sanema,  violenta lo dispuesto en el artículo 120 de la Constitución de la República y las disposiciones de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas que hacen referencia al procedimiento para la consulta previa, informada y de buena fe, así como de tratados internacionales de protección de los derechos indígenas como el Convenio N° 169 de la Organización Internacional del Trabajo suscrito y ratificado por la República, así como otras normas.   
PROPONEMOS
1).- Nuestra participación en la discusión de propuesta de la construcción;  Plan de Ordenación y Reglamento  de Usos de Parque Nacional Caura, porque somos los guardianes verdaderos que sabemos desde nuestra cosmovisión cuidar  el ambiente desde hace miles de años y lo hemos conservado.
2.- Que se continúe el derecho de la demarcación por el titulo colectivo de hábitat y tierra ye´kwana- sanema. 
3.-  Que el gobierno actué para el saneamiento ambiental del CAURA y expulsar los mineros ilegales criollos, colombianos y brasileros que se encuentran en la zona. Por su puesto expulsar el grupo armado que se encuentran en dicha zona realizando actividades anormales afectando la población indígena.
Para dejar constancia de la decisión tomada los asambleístas firman:
Organización Indígena de la Cuenca del Caura KUYUJANI
Oyaamo (Los Caciques)
Kajichanakomo (Los capitanes)
Los jóvenes
Las mujeres
Los ancianos y las ancianas

“La única solución contra el capitalismo es el autogobierno”: 6º aniversario de Cherán K’eri

“La única solución ante la barbarie del capitalismo es el autogobierno y las comunidades autónomas”, es la consigna-mensaje que dejamos como organización de lucha internacional, junto a militantes del Movimiento Hidalguense Contra el Gasolinazo en la ceremonia conmemorativa del 6to aniversario del levantamiento popular de la comunidad p’ur’hépecha de Cherán K’eri en Michoacán.
Las masacres de Nochixtlán (Oaxaca), Ixmiquilpan (Hidalgo), Arantepacua (Michoacán) así como otra decenas de tragedias perpetradas por el Estado-Capital en Latinoamérica y el mundo, no deben de asumirse como una gota de conciencia en el río de la historia, sino como toda la fuerza de la corriente para tomar de una vez por todas el destino en nuestras manos.
El autogobierno comunitario y ecológico, la democracia directa, la organización asamblearia, incluyente, feminista, horizontal y federativa, son los caminos que han de tomarse para preservar la vida y la naturaleza, contra las que tanto atentan los malos gobiernos.
¡POR EL AUTOGOBIERNO DE TODO LO EXISTENTE, ¡LA AUTONOMÍA ES LA VIDA, LA SUMISIÓN ES LA MUERTE!
Revolución Internacional / World Revolution
Ruptura Colectiva (RC)
Movimiento Hidalguense Contra el Gasolinazo


 

28 abr 2017

México: Indígenas interponen demanda contra el muro fronterizo

Entre otros, la Sra. A Chuhuhua, G Martínez, JM Veloz, C de Jesús, M Vázquez (el abogado comunitario),  E Lozano y M Matías. Caborca, Sonora. Abril/2017Entre otros, la Sra. A Chuhuhua, G Martínez, JM Veloz, C de Jesús, M Vázquez (el abogado comunitario), E Lozano y M Matías. Caborca, Sonora. Abril/2017
Servindi, 15 de abril, 2017.- Indígenas O’odham del norte de México acuden a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para interponer una demanda contra la construcción del muro fronterizo promovido por Donald Trump en un proceso que internacionaliza la lucha por los derechos indígenas.
Dicho caso asi como el de la Tribu Yaqui que exige justicia para los pueblos indígenas de Sonora "muestran el agotamiento de la instancia nacional" y la necesidad de acudir a los tribunales internacionales para proteger los reclamos de los pueblos indígenas.
Así lo destaca un artículo del analista Marcos Matías Alonso sobre cómo la internacionalización de los conflictos indígenas tiende a subir gradualmente.

El norte de México: la internacionalización de los conflictos indígenas

Por Marcos Matías Alonso*
15 de abril, 2017.- El día 7 de abril tuve el honor de acompañar en Caborca, Sonora, a Jaime Martínez Veloz (JMV), Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México (CDPIM). Este municipio es considerado la capital del desierto de Sonora y su franja fronteriza, con más de más de 600 kilómetros cuadrados de la tierra árida de México, colinda con Arizona. Desde la percepción del nuevo gobernante de EE.UU, Caborca es una de las puertas principales para el trasiego de drogas entre aquel país y México. Este es el principal argumento de Donald Trump para construir el muro fronterizo. No importa avasallar cultura, tradiciones y costumbres centenarias de pueblos O’odham asentados en territorio fronterizo de ambas naciones. Para Trump, en esta franja de la frontera norte sólo hay “bad hombres” e inmigrantes malos y criminales.
A mediodía del viernes 7 de abril, llegamos al Ayuntamiento Municipal de Caborca. A esa hora estaba vacío y parecía un inmueble abandonado. La Sra. Karina García Gutiérrez, presidente municipal de esa alcaldía, no brindó ninguna cortesía política al Comisionado de la Secretaría de Gobernación. En cambio, con beneplácito, fuimos recibidos por la Sra. Alicia Chuhuhua, integrante del Consejo Supremo de los Tohono O’odham; por Gemma G. Martínez Pino, Regidora Étnica en el Ayuntamiento Municipal de Caborca y gran parte de las autoridades tradicionales del municipio.
Después de las congratulaciones recíprocas, JMV informó que, ese mismo día, la petición y la denuncia del pueblo Tohono O’odham ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de los Estados Americanos (OEA), habían sido entregados para su análisis correspondiente. Con el folio de petición CIDH/0000037679 ha iniciado el expediente, cuyo contenido se refiere a:
Primero: La Sra. Alicia Chuhuhua y Gemma G. Martínez Pino, en su carácter de representantes de la comunidad indígena Tohono O’odham, interponen denuncia contra el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, por violación a los derechos humanos consagrados en la Convención Americana de Derechos Humanos, a las disposiciones de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, a la normatividad de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y otros tratados internacionales que protegen los derechos de los pueblos indígenas.
Segundo: El pueblo y las autoridades Tohono O’odham se oponen a la implementación de la orden ejecutiva del 25 de enero del 2017, suscrita por Donald J Trump, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, con el propósito de construir un muro fronterizo que separará a los pueblos y comunidades Tohono O’odham, asentados históricamente tanto en Arizona (EE.UU), como en Caborca, Sonora (México).
Tercero: Los O’odham enfatizan que, “…nosotros somos los hombres del desierto. Nuestro territorio se dividió a raíz de la instauración de la frontera internacional…, vivimos en uno y otro lado de la frontera…, algunas de nuestras familias se desplazan por temporadas de Sonora a Arizona, también se da el desplazamiento inverso…, en ambos lados tenemos sitios sagrados…” y en ambos países practican rituales tradicionales.
Fuente: CIDH/0000037679
Fuente: CIDH/0000037679
Cuarto: Reiteran que la “…la construcción de un muro fronterizo entre México y EE.UU afectará nuestras relaciones culturales y económicas”. “Nosotros somos desde antes de que existieran las naciones de México y Estados Unidos…”. La tribu O’odham manifiesta que no permitirá que construyan muros y que seguirán cruzando libremente la frontera.
Con las consideraciones anteriores, la CDPIM de la Secretaría de Gobernación, en coordinación con las autoridades tradicionales de la tribu Tohono O’odham, han entregado la denuncia de petición ante la CIDH (0000037679). El cumplimiento del artículo 36 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, es uno de sus principales sustentos en la petición ante la CIDH. Cito textual:
“Los pueblos indígenas, en particular los que están divididos por fronteras internacionales, tienen derecho a mantener y desarrollar los contactos, las relaciones y la cooperación, incluidas las actividades de carácter espiritual, cultural, político, económico y social, con sus propios miembros, así como otros pueblos, a través de las fronteras”.  
El artículo XX de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas es casi textual al párrafo del artículo anterior; sin embargo, enfatiza que los pueblos indígenas “…que están divididos por fronteras internacionales, tienen derecho a transitar…, con sus miembros y con otros pueblos”. Este mismo artículo destaca:
“Los pueblos indígenas tienen el derecho a reunirse en sus sitios y espacios sagrados y ceremoniales. Para tal fin, tendrán libre acceso, y uso de los mismos”.
Esta es una de las demandas primordiales de los pueblos y comunidades O’odham: libertad de tránsito a sus sitios sagrados y espacios ceremoniales que se encuentran localizados en ambos países.
Esta es una de las demandas primordiales de los pueblos y comunidades O’odham: libertad de tránsito a sus sitios sagrados y espacios ceremoniales que se encuentran localizados en ambos países.
Por la tarde del mismo viernes, en Caborca nos reunimos con Kyn J. María, uno de los principales Jefes de la “Ceremonia de la Sal” y José Martín García, Gobernador de los O’odham, tanto de los que se encuentran en el lado mexicano como en la parte de Norteamérica. Kyn nos explicó la tradición milenaria de la caminata de los O’odham. En sus ceremonias espirituales recorren grandes distancias para visitar los espacios sagrados de sus ancestros, sin importar las fronteras que impusieron los Estados Nacionales.
Entre otros, con José Martín García, Gobernador de los O’odham, Kin J. María, Jefe de la Ceremonia de la Sal, M de García y otros. Caborca, Sonora. Abril 2017.
Entre otros, con José Martín García, Gobernador de los O’odham, Kin J. María, Jefe de la Ceremonia de la Sal, M de García y otros. Caborca, Sonora. Abril 2017.
Los pueblos indígenas del norte del país han iniciado la defensa de sus derechos en la esfera internacional. Esta demanda ante la CIDH en contra de la construcción del muro fronterizo, expresa la disputa que sostiene el Gobierno mexicano en contra del presidente de los EE.UU. En el tiempo próximo conoceremos el desenlace de los intereses de los pueblos indígenas y la que sustentan los mandatarios de ambas naciones.
En el mismo contexto de la gira de trabajo con JMV, el 8 de abril, en Hermosillo, sostuvimos reunión con las Autoridades Tradicionales de la Tribu Yaqui. Al igual que en otras regiones indígenas del mundo, los Yaquis han iniciado una lucha en contra de la empresa Gasoducto de Agua Prieta, en acción conjunta con las empresas GDI y SICIM, quienes son filiales en la intromisión de los megaproyectos en diversas regiones indígenas del norte de México.
El domingo 9 de abril, en la gira de Hermosillo, sostuvimos nuestra última reunión de trabajo con el amigo Ernesto Argüelles, quien nos explicó el contexto de las múltiples protestas en contra del Gasoducto de Agua Prieta, y cómo dicha resistencia es parte de una estrategia de lucha integral del pueblo Yaqui, en contra de las agresiones del Estado mexicano que durante décadas han socavado la tierra, el territorio y diversos recursos estratégicos que se encuentran en las Tribus Yaquis de Vicam, Potam, Torim, Ráhum, Huirivis, Bácum, Cócorit y Belem, en el estado de Sonora.
El amigo E. Argüelles, resaltó el trabajo pionero que realizó Octaviano Jécari, ex Gobernador Yaqui (qepd), quien encabezó distintas etapas en la lucha de su pueblo: “…tanto en trincheras nacionales como internacionales. En ningún momento bajó la guardia. Siempre a la vanguardia de la lucha de los pueblos indios”. O. Jécari abrió camino para colocar el tema de la Tribu Yaqui en las Naciones Unidas y en la OEA.

Octaviano Jécari, ex Gobernador de la Tribu Yaqui y persistente defensor de tierras   en distintos períodos presidenciales
Octaviano Jécari, ex Gobernador de la Tribu Yaqui y persistente defensor de tierras en distintos períodos presidenciales
En el contexto anterior, E. Argüelles nos explicó acerca de la nueva etapa de lucha internacional que han iniciado las autoridades tradicionales de la Tribu Yaqui. Nos informó que la CIDH, en su 155 período de sesiones del 28 de julio del 2015, aprobó el “Informe N° 48-15 Petición 79-06. Informe de Admisibilidad. Pueblo Yaqui”.

Después de una minuciosa revisión a la petición de justicia de la Tribu Yaqui, la CIDH
“nota que el alegato principal de los peticionarios gira en torno a las presuntas expropiaciones, efectuadas mediante el Decreto Zedillo de 1997…, los peticionarios realizan reclamos respecto al reconocimiento parcial y falta de demarcación, delimitación y titulación del territorio ancestral, la inexistencia de un marco legal adecuado para satisfacer los derechos de los pueblos indígenas; el despojo y falta de acceso a las aguas pertenecientes al territorio Yaqui y el otorgamiento de concesiones y autorización para proyectos de infraestructura sin consulta previa”.
Un segundo bloque de peticiones de la Tribu Yaqui, se refieren al uso indiscriminado de agrotóxicos, que ha puesto en alto riesgo la salud de sus habitantes.
“…la CIDH considera que los alegatos sobre las supuestas muertes y/o graves afectaciones a la salud de las presuntas víctimas como consecuencia de acciones y omisiones estatales frente a la contaminación ambiental, en particular de niños y niñas, podría caracterizar violaciones a los derechos reconocidos en la Convención Americana…”.
Será una batalla de largo aliento. Quizá una nueva generación de líderes yaquis serán quienes culminen la lucha que iniciaron sus antecesores
La Petición 79-06 Pueblo Yaqui de la CIDH se encuentra en proceso de revisión para su dictamen correspondiente. En el futuro próximo se entrecruzarán varios intereses durante la fase de consultas técnicas, se explorarán soluciones amistosas y se cotejarán múltiples fuentes documentales. El Estado mexicano cooptará a líderes yaquis y sembrará la división en su territorio. La aplicación de nuevos instrumentos jurídicos internacionales complementará la defensa jurídica. Será una batalla de largo aliento. Quizá una nueva generación de líderes yaquis serán quienes culminen la lucha que iniciaron sus antecesores.
Nuestra corta estancia en el norte indígena de México nos ilustró con dos experiencias paradógicas: mientras con los O’odham de Caborca, el Gobierno mexicano, a través de la CDPIM, alienta una gestión jurídica ante la CIDH (0000037679), en el caso de la Tribu Yaqui (Informe N° 48-15 Petición 79-06), es el Estado mexicano a quién se le exige hacer justicia para los pueblos indígenas de Sonora. En ambos casos, muestran el agotamiento de la instancia nacional y se acude cada vez más a los tribunales internacionales para proteger los justos reclamos de los pueblos indígenas. La internacionalización de los conflictos indígenas tiende a subir gradualmente.
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*Marcos Matías Alonso es investigador y titular del CIESAS. Correo electrónico: marcos104@tmail.com

20 abr 2017

KAGEMUSHA: ABRIL TAMBIÉN ES MAÑANA.

12 de abril del 2017.
  Hace unos meses, el Subcomandante Insurgente Moisés me dijo una síntesis de lo que ahora les ha contado a ustedes con más extensión y sustento.
  Tal vez sin proponérselo, había él detectado una línea de tensión entre el pasado y la tormenta que ya está.
  Esa madrugada, después de escuchar las historias que, en voz del SupMoy, contaron los más antiguos de nuestros compañeros, regresé a mi champa.  De todas formas una lluvia, fuera de temporada, comenzaba a azotar el techo de lámina y era ya imposible escuchar nada que no fuera la tormenta.
  Volví a hurgar en el baúl que me encargó el SupMarcos porque me pareció haber visto un texto que algo podría referir a lo que acababa de escuchar.
  Revisar esos escritos no es fácil, créanme.  La mayoría de los textos que se amontonan con desorden dentro del recipiente van del año 1983 al primero de enero de 1994, y, cuando menos hasta 1992, se ve que el Sup no sólo no tenía computadora, tampoco una máquina de escribir mecánica.  Así que los textos están manuscritos en hojas de todos los tamaños.  La letra del finado distaba de ser legible de por sí, así que agregue usted a eso la mella del tiempo en la montaña, la humedad y las manchas y quemaduras de tabaco.
  Hay ahí de todo.  Por ejemplo, encontré el original manuscrito de las órdenes operativas para las distintas unidades militares zapatistas la víspera del alzamiento.  No sólo vienen las plantillas de las unidades, también cada operación detallada con una minuciosidad que devela una preparación de años.
  No son ésos los apuntes de un poeta extraviado en las montañas del sureste mexicano, o de un contador de historias.  Son escritos de un soldado.  No, más bien de un mando militar.
  Pero sí, abundan y redundan también cuentos e historias, hay muy pocos poemas y contados son los análisis políticos y económicos.
  Bueno, más que análisis, se trata de esquemas y temas como punteados, como si fueran a ser desarrollados luego, o completados, o corregidos.  He identificado varios de ellos con algunos que fueron hechos públicos luego, aunque ya pulidos.
  Pero no es eso lo que busco.  Las historias que recabó el SupMoy me recordaron que algo había, en este montón desordenado de papeles e ideas, sobre la genealogía de la lucha anticapitalista.
  Aquí está.  Éste si es de después del inicio de la guerra porque está impreso y la tipografía es la de un procesador de textos.
  Por lo que dice, debe haber sido escrito hace unos 20 años, cuando los zapatistas hicieron públicos algunos análisis más profundos sobre lo que acontecía y lo que preveían seguiría después.  Bueno, al menos las primeras líneas, porque algo parece que es de un período posterior.
  El texto tiene un título desconcertante pero que se acomoda conforme se avanza en la lectura.  Se llama “Abril también es mañana”  Y le siguen lo que parecen puntos a desarrollar, aunque incompletos en ese momento.
  La mayoría de los planteamientos aparecieron ya desarrollados en textos que fueron hechos públicos alrededor de los años 1996-1997, así que no los aburriré de nuevo repitiéndolos.  Los principales han sido agrupados ahora en un libro llamado “Escritos sobre la guerra y la economía política”, elaborado por la editorial “Pensamiento Crítico Ediciones”.  Si alguien le interesa conocer más sobre eso, este libro podría servirle.  O puede consultar también la página electrónica de Enlace Zapatista.
  La parte que me interesa mostrarles no aparece en ninguno de esos escritos públicos y, aunque medianamente desarrollada en su redacción, se alcanzan a vislumbrar en ella una serie de reflexiones sobre la ciencia social, es decir, la economía política, así como sobre el añejo y actual reto de la teoría y la práctica.
  Les leo:
            .- Las etapas posibles del capitalismo.  Más que en una definición científica, el planteamiento de que el imperialismo era una fase superior del capitalismo, se convirtió en un plan de acción para las luchas en todo el mundo.  De ser “una fase superior”, se concluyó que el imperialismo era “la última fase” del capitalismo.
            .- Sobre esa base se estableció una especie de división internacional no del trabajo sino de la lucha anticapitalista.  En los llamados países del Tercer Mundo, que no contaban con una industria desarrollada y, por lo tanto, carecían de una clase obrera sólida, la lucha por el socialismo debía pasar por una lucha nacionalista, antiimperialista, y anticolonial, y sólo así podrían aspirar a ser “anticapitalistas”.  Se establece que la lucha contra el capitalismo y por el socialismo pasa necesariamente por la lucha por la liberación nacional.  Eso al menos en los llamados países del tercer mundo.  Para poder transitar al socialismo, las naciones debían librarse primero del yugo neocolonial, el impuesto por el imperialismo norteamericano en ese caso.  No era posible la construcción del socialismo en un solo país, mucho menos si el país era uno subdesarrollado.  La revolución socialista o era mundial o no lo era.  El análisis científico se convirtió entonces en una especie de comando central de la revolución mundial y se instaló en la URSS.  De ahí partían las estrategias y tácticas para las luchas anticapitalistas en todo el mundo.  Quien acataba las órdenes, recibía el beneplácito de la “vanguardia” mundial.  Para quien no, para quien pretendía construir su propio camino, es decir, su propia lucha, había la condena, el ostracismo y la etiqueta de moda para descalificar.
  La ciencia de la historia, la economía política, dejó de ser ciencia y abandonó el análisis científico, supliéndolo por la consigna.  Si la realidad no coincidía con la visión del Comité Central, la realidad era catalogada como reaccionaria, pequeño burguesa, divisionista, revisionista, y muchos “istas” semejantes.  El pensamiento crítico pasó del análisis a la justificación,  y los tropiezos y errores se cubrieron con la coartada del enfrentamiento con el imperialismo norteamericano.  El simplismo de un mundo bipolar invadió a la ciencia social y, al igual que las fuerzas políticas y los gobiernos, tomó partido por uno de los dos grandes y únicos contendientes.  La inteligencia fue derrotada y la mediocridad se instaló cómodamente.
            .- Mediando el siglo XX, todos estaban contentos y tranquilos.  El mal llamado “bloque socialista” se enfrascaba en lo que nosotros llamamos la tercera guerra mundial.  En Asia, África y particularmente en América Latina, las luchas transcurrían sin mayor relevancia para esa guerra, la que importaba, y las organizaciones partidarias de la izquierda de entonces eran conminadas a dirigir sus esfuerzos principales al apoyo del Bloque Socialista.  Todo intento de lucha debía tener el visto bueno de los tanques, pensantes y no, que, en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, redactaban manuales que, más que simplificar, amordazaron el desarrollo de la ciencia social.  Como si fuera en las olimpiadas, en la ciencia social se competía no por mejor entender lo que ocurría y lo que vendría, sino por más alto y más veces levantar la bandera propia, fuera la de las barras y las estrellas, fuera la de la hoz y el martillo.
  En el escenario mundial todo parecía previsible y sencillo… pero en eso llegó Fidel.  Y “la problema”, como dicen los compas, es que no llegó solo, sino que traía de la mano a un tal Camilo que en el apellido llevaba la definición; y, con ese tremendo par, llegaba también un argentino-médico-fotógrafo-asmático, sin nombre relevante en el árbol genealógico de la revolución mundial y sin cargo alguno en ninguna estructura.  Apenas unos meses después el planeta entero lo conocería con sólo tres letras: Che.
  Luego pasó lo que pasó, y la luz que iluminó el Caribe en esos primeros años de la década de los 60´s se convirtió, sin proponérselo, en un virus que contaminó el continente.  Después de un largo calendario de derrotas en ese dolor llamado Latinoamérica, un pueblo entero se organizaba y cambiaba de destino y extendía su nombre.
  Desde la fracasada invasión mercenaria con patrocinio norteamericano, Cuba se llamó Fidel y Fidel Castro tuvo a “Cuba” como apellido de resistencia y rebeldía, de lucha.
  El país más pequeño, el más despreciado, el más humillado, se levantaba y, con su acción organizada, cambiaba la geografía mundial.
  El estadista que el pueblo cubano puso al frente, en unos cuantos años prácticamente borró a los demás “líderes mundiales” y, como debe de ser, en torno a su figura se convocaron los extremos: los pocos para adular, los más para atacar.
  Sólo unos cuantos miraron y aprendieron que algo nuevo había surgido y que la revolución cubana no sólo había roto el dominio que sobre la América entera imponía el imperio de las barras y la estrellas, el “norte revuelto y brutal”.
  También había hecho pedazos la ya entonces acartonada teoría social que era pastoreada por los comisarios que, en todo el espectro político, son la constante y nunca la excepción.
  Todavía, casi 60 años después, no falta algún viejo comisario que, “heroicamente” atrincherado en la academia y ahora con las redes sociales como arma, pretende dictarle al pueblo de Cuba lo que debe o no hacer y deshacer.
  Ajeno a las masturbaciones teóricas de la tibia academia, el pueblo de Cuba inició su largo camino de resistencia, y fue avanzando en condiciones adversas sin precedentes.
  Todavía hoy sigue padeciendo el bloqueo económico más extenso e intenso en la historia mundial.  Y no sólo, también ha resistido ataques terroristas, ha sido invadido militarmente, le ha propinado al soberbio tío Sam su primera derrota en el continente, y, con todo en contra, ha construido su propio destino.
  Pero no sólo ha recibido los ataques de la derecha mundial, también la izquierda bien portada ha arremetido contra ese pueblo, socorrida de clichés y lugares comunes que obvian no sólo la realidad cubana, también y sobre todo su heroico esfuerzo para levantarse de sus errores y fracasos.
  Con el único objetivo de hacerse agradable a la derecha, la izquierda institucional en todo el mundo ha atacado a la revolución cubana repitiendo los dichos de la derecha y siguiendo la moda en turno.
  Es tan consistente la resistencia del pueblo de Cuba, que la histeria intelectual que abunda y redunda en este roto país que se llama “México”, seguramente diría que se ha mantenido porque es una creación de Salinas, y a que es apoyada por la “mafia del poder”.
  Días después de ese relámpago de habilidad militar y convicción que le dio nuevo significado a un pequeño territorio y acomodó el nombre de “Playa Girón” en el casi vacío estante de victorias de la izquierda mundial, en aquel primero de mayo de 1961 el pueblo de Cuba decía, por la voz enronquecida de un barbón enfundado en su traje verde olivo de combate, las siguientes palabras:
 “Si a Mr. Kennedy no le gusta el socialismo, bueno, a nosotros no nos gusta el imperialismo, a nosotros no nos gusta el capitalismo.  Tenemos tanto derecho a protestar de la existencia de un régimen imperialista y capitalista a 90 millas de nuestras costas, como él se puede considerar con derecho a protestar de la existencia de un régimen socialista a 90 millas de sus costas.
  Ahora bien, a nosotros no se nos ocurriría protestar de eso, porque eso es una cuestión que les incumbe a ellos, una cuestión que le incumbe al pueblo de Estados Unidos.  Sería absurdo que nosotros pretendiéramos decirle al pueblo de Estados Unidos qué régimen de gobierno es el que debe tener, porque en ese caso nosotros consideraríamos que Estados Unidos no es un pueblo soberano y que nosotros tenemos derecho sobre la vida interior de Estados Unidos.
  El derecho no lo da el tamaño, el derecho no lo da el que un pueblo sea mayor que otro, ¡eso no importa!  Nosotros no tenemos sino un territorio pequeño, un pueblo pequeño, pero nuestro derecho es un derecho tan respetable como el de cualquier país, cualquiera que sea su tamaño.  A nosotros no se nos ocurre decirle al pueblo de Estados Unidos qué régimen de gobierno debe tener.  Luego es absurdo que al señor Kennedy se le ocurra decir qué régimen de gobierno es el que quiere que nosotros tengamos aquí, porque es una cosa absurda; eso nada más se le ocurre al señor Kennedy, porque no tiene un concepto claro de lo que es la ley internacional y la soberanía de los pueblos.
  El texto sigue con una extensa reflexión sobre la ciencia social y el pensamiento crítico.  Pero me detengo ahora señalando que bien puede usted intercambiar el nombre de “Kennedy” por el de “Trump” y verá que en esas palabras había no una declaración coyuntural, sino una declaración de principios.
  Detuve la lectura y miré entonces el reloj de arena.
  Se me ocurrió que tal vez no es cualquier arena la que contiene.  Y tal vez no es cualquiera porque esta arena tal vez viene de una playa reiterada en la historia de lucha y resistencia de la humanidad contra el capitalismo.
  Tal vez la arena que fluye de uno a otro lado de este reloj, viene de un lugar del continente americano y su geografía la ancla en una isla que se estira en el Caribe, como caimán rebelde que se niega a ser sometido y por eso endurece la piel y la mirada.
 Tal vez, se me ocurre ahora, la arena de este reloj de arena es arena de Playa Girón, que así se llama esa grieta en el muro del Capital y que, con su persistencia, nos enseñó a todos que el grande y poderoso puede ser derrotado por el pequeño y débil cuando hay resistencia organizada, necio empeño y horizonte.
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  Déjenme decirles que el finado SupMarcos, y no sólo él, sentía una gran admiración por el pueblo de Cuba y un profundo respeto por Fidel Castro Ruz.
  En aquella plática informal que tuvimos horas antes de su muerte, la palabra recaló en el tema militar.  Me contó que él consideraba que la historia militar de lucha de los pueblos era poco conocida.  Se refirió entonces a la llamada Batalla de Zacatecas y a la Toma de Ciudad Juárez, ambas conducidas por Francisco Villa.  Me contó que él tomo prestada la concepción que implementó el General Villa para tomar Ciudad Juárez y con ella diseñó el inicio del alzamiento.  “Para la batalla de Zacatecas no me faltaba caballería”, dijo bromeando, “sino planada”.
  En lo internacional, contra el común de la izquierda, su referencia no era la batalla de Leningrado, sino la Batalla de Santa Clara, conducida por el Che, la de Cuito Cuanabale que dirigió Fidel Castro, y la de Playa Girón, también comandada por Fidel Castro.
  Aproveché para preguntarle por qué, siempre que nombraba a Fidel Castro, no decía “Comandante” si toda la izquierda latinoamericana lo hacía.  Así me respondió:
  “El que todos así lo llamaran pudiera bastar, pero no es por eso.  Nosotros somos un ejército y cuando decimos “comandante” decimos mando.  Y a nosotros no nos manda nadie, como no sean nuestros pueblos.  Pero Fidel Castro no necesita que nosotros le digamos así.  A él su pueblo le ha dado ese grado y no necesita más.”
  Se siguió contándome sobre Playa Girón y, con admiración, narraba la ocasión en que Fidel Castro discute y manotea con sus oficiales porque no lo dejan avanzar hacia Playa Girón a combatir contra los mercenarios.  “Imagínate”, me dijo riendo de buena gana, “Fidel contra todo su Estado Mayor.  Él emperrado en que quiere estar en el frente de combate y los demás en que no, que tiene qué cuidarse.  Y, ¿sabes?, Fidel Castro no argumentó que era su deber, les dijo que era su derecho.”  Encendió su pipa el finado y, después de la primera pitada la levantó como si brindara y dijo: “Por supuesto que la discusión la ganó Fidel”.
  Luego, dando por terminado el tema, añadió: “Fidel Castro es el Maradona de la política internacional.  Y nunca le van a perdonar los goles que le metió a quien se atrevió a enfrentarlo”.
  Recordé las palabras del difunto SupMarcos cuando leía sobre lo que el famélico espectro político de Latinoamérica opinó sobre la muerte de Fidel Castro.  La reiteración en la derecha, y en la izquierda bien portada, de reproches y supuestas críticas.  La derecha que nunca le perdonará las derrotas que les propinó, y la izquierda institucional que no lo absolverá de haber sido todo lo que ella, en su mediocridad, nunca llegará a ser.
  También están los mediocres que ahora dictan juicios y sentencias y simplemente no pueden explicar por qué, si era un dictador, la mayor potencia mundial no pudo organizar una rebelión popular, y optó por los atentados terroristas para anularlo.
  Lejos de la películas de ficción y series televisivas, donde los servicios secretos norteamericanos acaban con los malos armados sólo con un lapicero, fracasaron en Cuba sencillamente porque “Comandante Fidel” era el nombre, la imagen y la voz que ese pueblo tomaba para reafirmar lo que todo el tiempo y en contra de todo construía: su libertad.
  Y el dinero buscó y busca y siempre encuentra psicópatas dispuestos a vender su sed de sangre y destrucción.  Siempre encontrará a los Mas Canosa, a los Posada Carriles, aunque, en otra geografía y calendario, se llamen acá Felipe Calderón Hinojosa o como su antes esposa y ahora pretendida amasia Margara Zavala; o como Mauricio Macri en Argentina; o como Temer en Brasil, o como Leopoldo López en Venezuela.  Políticos, psicópatas y corruptos todos ellos, siempre dispuestos a que otros mueran y ellos cobren.
   Les cuento esto no sólo porque el tema toca lo pequeño que se rebela y se alza rompiendo moldes impuestos, también por lo que ahora les narro: me tocó reportarme con el Subcomandante Insurgente Moisés en una de nuestras posiciones, precisamente unos días después de la muerte de Fidel Castro.
  Cuando llegué, la insurgenta Erika me dijo sin poder contener las lágrimas: “Se murió el Fidel Cuba”.  Así dijo.  La revolución cubana tiene 58 años resistiendo contra todo, la insurgenta Erika debe andar por los veintitantos, nunca ha salido de estas tierras, aprendió el español en un campamento de montaña, batalla con las matemáticas y las palabras “duras”, y, a pesar de eso, o precisamente por todo eso, ha sintetizado en dos palabras toda una historia de lucha, de resistencia y rebeldía.
  Y vengo a hablarles de Cuba, es decir, de Fidel Castro, y de Fidel Castro, es decir, de Cuba, por la sencilla razón de que ya no hablan de él.  Tal vez porque piensan que ha muerto y, con él, la Cuba rebelde.  En lo que se refiere a Fidel Castro Ruz, sólo les decimos: “si no lo pudieron matar cuando estaba vivo, menos van a poder ahora que ha muerto”.
  Todo esto viene al caso, o cosa, según, porque es cierto, el difunto SupMarcos tenía razón: Abril también es mañana.
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  Volviendo a aquella ocasión, como el tiempo se alargaba, seguí platicando con el finado SupMarcos cuando todavía no estaba finado.  El tiempo en La Realidad zapatista había entrado en ese ritmo en que parece que el día tiene prisa por irse y la noche sigue de perezosa.  Me parece que todo lo operativo de ese día 24 de mayo del 2014 lo estaba resolviendo el Subcomandante Insurgente Moisés, pues al SupMarcos nadie se le acercaba con informes o preguntas.  Como si el SubMoy estuviera haciendo todo lo posible para que el SupMarcos pasara tranquilo sus últimos minutos.
  Como seguíamos ahí, esperando, le pregunté por qué decía eso de que él era el personaje y no Durito, el Viejo Antonio y los otros seres que poblaron sus relatos.  Claro, todavía no conocía yo, ni nadie, el texto que leería la madrugada siguiente y que se titula “Entre la luz y la sombra”.
  Antes de responderme, el Sup miró ambos relojes.
  Nunca antes había hecho eso.  Siempre o consultaba uno o checaba el otro, dependiendo siempre de la situación.
  Después de confrontar ambos relojes, suspiró profundamente y me preguntó:
  “¿Qué es lo que no entiendes?
  “Eso”, le respondí, “porque entonces ¿quién eres? o más bien ¿quién has sido?”.
  Entonces se cuadró e inclinando la cabeza, paradójicamente tratando de imitar el tono de voz de los serios y formales samuráis de Akira Kurosawa, dijo:
  “Kagemusha”.
  Y digo que paradójicamente, porque el SupMarcos bromeaba de todo y de todo se burlaba, sobre todo de sí mismo.
  Yo puse la misma cara que ustedes están poniendo ahora.
  “¿Qué diablos es eso de Kagemusha?
  “Un señuelo”, me respondió, “un distractor, una sombra, la sombra del guerrero”.
  Entendí entonces el por qué, en sus últimos textos, había aparecido de pronto un nuevo personaje: “Sombra, el guerrero”.
  “¿Y entonces?”, pregunté porque sí.
  “Entonces nada, alguien tenía que hacerlo y a mí me tocó”.
  “¿Y entonces que vas a hacer?”, le insistí.
  “Morirme”, me respondió mientras se colocaba el pasamontañas.  Se acomodó entonces la gorra, encendió la pipa y, dirigiéndose a la guardia que resguardaba la puerta, ordenó por última vez: “Dile al SubMoy que estoy listo
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  Viene la tormenta.
  Una y otra vez, el dinero tratará de romper la historia que importa.  Y una y otra vez, será vencido.  Como en un mes de abril de hace ya 56 años, en Playa Girón, generaciones enteras se arrancarán los juegos de un tirón y se levantarán desafiando el destino que se les impone.
  Ese día volverán a escucharse, aunque con otra voz, las palabras que el pueblo de Cuba dirigió a quienes pretendieron doblegarlo:
  “Tampoco escaparán al veredicto de la historia, que no será un simple veredicto de palabra, sino el veredicto que marca inexorable el destino de los explotadores de todo el mundo, como un reloj que le dice  “tus días están contados, el fin de tu sistema explotador se acerca“.
  Cuba pervivirá.  Los pueblos originarios pervivirán.  La humanidad pervivirá.
  Y cuando se diga “Patria”, se dirá “mundo”, se dirá “casa”, se dirá “vida”
  Cierto, no habrá relámpagos más fieros, ni tormenta más grande, pero al final, esta tierra se levantará y con ella sus mujeres, sus hombres y quienes son lo que son sin ser ni uno ni otra.
  La memoria no olvidará, pero no habrá celebraciones.
  No porque no valdrá la pena, sino porque la vida entera será entonces lo que siempre debería ser, es decir, una celebración.
  Y cuando ese mañana llegue, yo, nuevo Kagemusha nómada, sólo lamentaré no estar presente para mirarles burlón y decirles:
Odio decir que se los dije, pero se los dije”.

Gracias, no muchas, pero siempre sí unas pocas bastantes.
SupGaleano.
Abril del 2017.

19 abr 2017

CAFÉ ORGANIZADO CONTRA EL MURO

Palabras del Subcomandante Insurgente Moisés, jueves 13 de abril de 2017.
Buenas tardes o buenos días a los que nos escuchan en el mundo.
Lo que les voy a platicar compañeros, compañeras, hermanos y hermanas aquí presentes y los que nos ven en otro lado… Lo que yo les platico no es lo que yo creo, sino de lo que creen las compañeras y los compañeros bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Las compañeras y los compañeros que aquí están al lado nuestro hemos entendido de que somos el apoyo de las miles de compañeras bases de apoyo; somos apoyo de ellos, de los miles de compañeros bases de apoyo. Así lo hemos definido últimamente porque les pasamos lo que vemos, lo que escuchamos, lo que llegamos a saber. Y ¿qué es eso de lo que llegamos a saber o que llegamos a escuchar? Es el muro del Trump.
Cuando empezamos a escucharlo eso, cuando empezamos a saber cómo está eso, nos reunimos con las compañeras del Comité Clandestino Revolucionario Indígena y con los compañeros del Comité Clandestino Revolucionario Indígena y empezamos a platicar de lo que les pasa a los hermanos y hermanas migrantes que están en Estados Unidos.
Como siempre, las compañeras comandantas, los compañeros comandantes, somos parte de ellos. Eso es lo que dijeron. Y entonces, son iguales que nosotros, que nosotras, dicen. Pero está muy cabrón lo que les va a pasar, porque esos hermanos y hermanas migrantes no fueron porque quisieron, fueron porque entonces ya les está apretando la vida de su pueblo o en la finca de donde estaba (para ya no decir país).
Entonces, no tienen nada. Y si tenía algo, lo tuvo que vender o lo tuvo que empeñar, para tener el dinero y irse pues en Estados Unidos, porque ahí se piensa que ahí hay trabajo.
Entonces, ya que están allá y ahora los están corriendo. ¿A dónde va a ir en esa finca si ya no tiene nada? Y entonces es ahí donde dijimos pues, hablando, discutiendo, pensando, estudiando, analizando que está igualito a como era antes, hace cientos de años, como lo que les pasó a nuestros tatarabuelos. Porque las mejores tierras las tuvieron los terratenientes. Nos quitaron, nos desalojaron de ahí. Nos mandaron en los cerros. Hoy, nos están queriendo quitar otra vez el cerro. Antes no les servía, hoy, sí el cerro les sirve: hay algo ahí. Y ahora ¿a dónde nos vamos? Los que todavía estamos ahí en la tierra donde estamos viviendo. Pero ellos ya no están en su tierra. Ya los dejó, ya los vendió o los malvendió. Entonces, no tienen para dónde.
Y entonces alguien compañero Comité dice: “sí es cierto” y daba el ejemplo de la fábrica del Ford. Que el loco del Trump tiene que regresarlo a ese empresario para que esté la fábrica en Estados Unidos. Otra vez, aquí en México, los que están trabajando acá no van a tener trabajo. Allá va a ir pues la fábrica y allá va a haber trabajo. Va a haber trabajo para los de allí, pero para los migrantes no va a haber trabajo.
Entonces, ya de ahí, ¿qué vamos a hacer? fue nuestra pregunta. Y dijimos: “tenemos que apoyar”. Necesitamos decirles que entonces luchen ahí porque ya no tienen para dónde irse.
Entonces, empezamos a recordar el año 1994, 1995… que en ese tiempo decíamos que la sociedad civil que nos ayudaron, tanto de México y del mundo. Entonces empezamos a decir: creemos, creo que entonces nos toca ahora. De que hay que apoyar, así como ese pueblo solidario que nos apoyó porque vieron que estamos en lucha. Creo que también nosotros nos toca ahora de apoyar a ese pueblo que hay que decirles que luchen con resistencia y con rebeldía. Porque ya no les queda de otra.
Y entonces, empezamos a bolsear nuestras bolsas: no hay euro, no hay dólar, no hay nada. Pero entonces descubrimos pues que ahí está ahí el resultado del trabajo colectivo de pueblos, de regiones, de municipios autónomos rebeldes zapatistas y la zona, donde trabaja la Junta de Buen Gobierno.
Dijimos: sí, hay guineo (o sea, plátano), hay yuca, hay camote… pero eso se va a podrir, ¿cómo le vamos a hacer? Entonces, nace la idea, ahora sí como dice el compa: no lo traje, se me olvidó, pero aquí está el compañero doctor Raymundo. Ahí lo tiene en su mano pues. Los 3 mil y tantos de kilos de café, ya están aquí. Listo para que se prepare, para tomar.
Entonces dijimos ahí eso de que podemos apoyar ahí en eso. Y como su primer arranque de los hermanos y las hermanas allá es que se organicen para ver cómo van a vender y de ahí sacar pues el dólar, para convertir en lucha, en resistencia y rebeldía donde están pues. Y entonces dijimos: pero entonces se necesita café que más o menos esté bien. Porque nació la idea de que no pues lo vamos a juntar tan pronto. Es cosa entonces de que le platicamos a las bases de apoyo de cómo está, y por qué y para qué. Como lo pensaron en aquellos años cuando nos ayudaron cuando estábamos en la necesidad.
Pero entonces, ahí es donde empezó a salir de que “es que va a salir distinto, la molida del café, otro medio cafecito porque es bien doradito, otro va a ser muy negro porque está muy quemado…” Son distintos pues y entonces dijimos que mejor lo vemos en colectivo. Entonces regresaron los compañeros y las compañeras comandantes, comandantas. Lo explicaron en cada zona y los compañeros dijeron: ¡Sí!
Hay compañeros, compañeras en los pueblos que trabajan el café y hay otros que no. Entonces los compañeros dijeron: cada pueblo como estamos organizados en colectivo, el compañero o la compañera que vende su café en vez de que lo va a vender en otro lado, comprémoselo al compañero y que salga la paga ahí en el trabajo colectivo en el pueblo. Otros pensaron de que entonces en la región —región le decimos cuando se compone en 20, 30 o 40 pueblos, a eso le decimos región—. Los otros dijeron entonces: vamos a comprarnos nosotros nuestro café que tenemos. La paga sale en el trabajo colectivo de la región. Otros, otras zonas así lo pensaron. Otras zonas dijeron: que se encarguen los compañeros y las compañeras autoridades de los municipios autónomos rebeldes zapatistas. Que salga ahí en el trabajo colectivo y que compren el café de los compañeros y también de los hermanos y hermanas, si es que no alcanzamos, según lo que nos toca a cada quien de cada zona. Y otros dijeron: ahí está ya el trabajo colectivo de la zona, o sea, la Junta de Buen Gobierno. Pues nada más la asamblea de autoridades, mujeres y hombres, sacan el acuerdo y ya la Junta de Buen Gobierno se encarga de comprar el café de los compañeros y de las compañeras. Es así como logramos juntar en días.
Ya de ahí, entonces, como les digo pensamos de que debe salir más o menos de calidad pues el café. Entonces, colectivos de compañeros de la zona que tienen la máquina para tostar, la máquina para moler el café, ahí lo mandamos los 5 mil kilos de café que lo juntamos todavía en pergamino. Entonces, son 3,791.5 los kilos de café de lo que salió de los 5 mil kilos en pergamino. Ya molido pues.
Entonces, nosotros estábamos confiados pues de que ahora sí la máquina es la que se encarga de tostarlo y de molerlo. Entonces, ya se organizaron las zonas: cuántos trabajadores van ahí donde está la máquina. Compañeras que también que son las que saben el tipo de molido del café. Nosotros estábamos muy contentos porque ahora sí que la máquina se encarga y, en el primer día, se chingó la máquina. Y entonces, los compañeros que estaban ahí en eso decían: “alguien hizo un complot”. Dicen: “¿cómo? No, no fue un complot”. Tenemos que verlo cómo vamos a hacer esto.
Entonces, ahí estaba Sergio, un compañero insurgente. Entonces le llaman. ¿Será que nos pueden echar la mano? Para ver qué. Entonces el compañero insurgente va y lo checa. Y resulta que es un balero que se trabó. Pero no es la culpa del capitalismo pues. Así empezamos a decir: no es culpa del capitalismo. No es la mafia del poder, dijimos. Esto es el problema de nosotros por no darle mantenimiento de la máquina pues. Y luego, un compañero que estaba ahí dice: no hace falta grasa ahí hay cebo (la grasa del ganado pues). Con eso, sin sal, se usa como grasa. No se necesita comprar grasa. Lo único que faltaba pues es la limpieza pues. Darle mantenimiento pues.
Total, necesitamos así que se saliera pues el trabajo.
Empezó pues la coordinación, porque los compañeros estaban ya ahí los que se encargan de tostar; está ahí la compañera pendiente porque es por días de trabajo pues. Y estaban ahí los compañeros choferes esperando para sacar pues el producto. Están ahí los compañeros para embolsar y sellar. Pero todo estaba parado porque la máquina hizo un complot. Y entonces, empezó ahora sí la organización. Un grupo de compañeros y compañeras que ayudan de la ciudad, tuvimos que avisarles que si nos pueden conseguir el balero, para que entonces lo vaya a traer y lo acerque pues donde estamos, mientras nosotros lo mandamos al compañero a recogerla.
Entonces, el colectivismo cuando se organiza y se coordina es como si fuera la rueda pues: gira parejo. Porque entonces así lo resolvimos inmediatamente ahí eso, porque está todo parado. Lo sacó pues el balero el compañero insurgente, lo volvió a meter… y a chambear. Entonces, pues ahí lo tenemos el café ahora.
La idea de esto es de que entonces es para los compañeros, compañeras, hermanos y hermanas migrantes en Estados Unidos. Es apoyar la lucha que están haciendo. Donde les decimos: es necesario que se tienen que organizarse en donde están y de resistir y de rebelarse. ¿En qué forma? Eso es lo que tienen que pensar.
Y el apoyo que estamos dando es incondicional, como lo apoyamos así a los hermanos y hermanas maestros aquí en Chiapas. Es apoyar no para que se venga a ser base de apoyo ni porque le vamos a decir: “esto es lo que tienen que hacer”. Ellos, ellas, son los que tienen que ver. Porque entonces aprendimos de lo que nos enseñaron en el año 94 y 95. Porque lo vimos y lo descubrimos lo que es el arma de lucha que es la resistencia y la rebeldía.
Eso es lo que vemos con los compañeros y con las compañeras comandantes, comandantas. Nos damos la pregunta pues de que si no hubiéramos hecho caso a la idea de las compañeras y de los compañeros bases de apoyo en el 94, porque ellas, ellos lo dijeron de que tenemos que pelear también como bases de apoyo, pero no con las armas como las que tienen las milicianas, los milicianos, los compañeros y compañeras insurgentes, insurgentas. Sino, nosotros estamos en contra del gobierno —así lo dijeron— y por lo tanto no vamos a vendernos, no vamos a rendirnos ni nos vamos a desviar. Tenemos que rechazar esa limosna, ese sobrante, esa migaja. Entonces, como lo entendimos eso empezamos ahora sí a pensarlo cómo. Y gracias a eso, por eso estamos hablando hoy aquí, porque 23 años fue esa lucha con esa arma que se llama resistencia y rebeldía.
Entonces, la comparación que hacemos con los compañeros y compañeras comandantes, comandantas: si hubiéramos hecho 23 años balazos, bombazos, emboscadas, no habría municipios autónomos rebeldes zapatistas, no habría Juntas de Buen Gobierno, no habría educación, o sea, escuelas zapatistas, no habría clínicas ni hospitales zapatistas, ni hubieran pasado tantos encuentros que hemos hecho, porque no iba a dar tiempo. Y sabemos lo que sí va a haber: 23 años de balazos.
Pero esa arma que se descubrió eso es lo que nos ha hecho lo que somos ahora pues. Y entonces, con esa arma de lucha, resistencia y rebeldía por supuesto de que se tiene que organizarse. Entonces, eso es lo que ha hecho de que entonces han construido un pequeño mundo con un nuevo sistema de su gobierno.
Cada quien tiene que ver, pero hemos visto de que el arma de lucha con resistencia y rebeldía sí se puede. Tampoco es que estamos negando la herramienta que tenemos. Nosotros le decimos herramienta a nuestras chimbitas. Es una herramienta más para nosotros, es como tener machetes, es como tener moto sierras, es como tener hacha, es como tener otros tipos de herramientas y ahí va también pues esa chimbita —o sea, el arma pues, ¿no?— Y entonces, cuando se necesita la tienes que usarla, pero hay que saber usarla.
Porque como ya escuchamos aquí el enemigo capitalista no nos va a dejar. No nos van a permitir de que ahora sea el pueblo, mujeres y hombres, que van a tener que mandar. Jamás nos van a permitir. No lo van a negociar ni lo van a dialogar su forma de cómo explotar. No van a decir: “ah bueno, te voy a medio explotar ahora”. No va a haber eso. No va a decir: “ah, entonces renuncio de explotar”. Tampoco. No va a ver nada más que el pueblo, mujeres y hombres que tienen que organizarse.
Entonces, el trabajo colectivo se entiende muy lindo, muy bonito. Una cosa es lo que se sabe decir en la teoría, o sea, en la explicación; es otra cosa cuando vas a hacer en los hechos. Pero en la teoría nos ayuda de entenderlo su gran importancia, lo necesario y el por qué y el  para qué. Y a la hora de que estás enfrentando que no te sale tal cual que en la teoría, no te debe desanimar ahí eso, porque teóricamente sabes por qué, para qué y de qué y su gran importancia.
Y cada quien tiene que hacerlo. Ejemplo, del trabajo colectivo. Yo no sé cómo deberían hacer un trabajo colectivo los maestros y maestras. No sé cómo va a hacer un trabajo colectivo las obreras o los obreros. Cada quien en donde está la tendrán que inventarla, la tendrán que crearla, la tendrán que imaginarla y estudiarla y decidirla y ponerla en la práctica.
Pero el colectivismo sí tiene la fuerza. Y el colectivismo hemos entendido que no es… se dice trabajo colectivo lo que es meramente trabajar la tierra, sino también debe de haber colectivismo en cómo quieres una buena salud, cómo quieres una buena educación y todo lo demás de las trece demandas que las hemos planteado. ¿Cómo queremos eso? En colectivo tiene que salir cómo queremos la ley que debe de haber en donde vivimos. No de que alguien sabe hacer la ley y que ellos la cagan y el pueblo es el que la paga.
Entonces, eso es lo que decimos de que el colectivismo no se trata nada más de cómo trabajar la tierra. Gira en todo. Entonces, ese trabajo colectivo, en este caso mero en producto pues —ahí lo tenemos ahí, aquí lo tiene ya el compañero doctor Raymundo— ojalá de que salga en colectivo de cómo vamos a llevar para entregarles a los hermanos, hermanas, compañeros, compañeras migrantes allá en los Estados Unidos.
Pensamos de que entonces nosotros, nosotras, los que estamos entendiendo pues su gran importancia de lucha, que tenemos que hacerla contra el capitalismo, deberíamos de ingeniar otras cosas de cómo apoyarlos a los hermanos y las hermanas, a los compañeros y las compañeras allá en los Estados Unidos. Porque necesitan apoyo, pero ese apoyo decimos de que entonces que no sea con condición. Porque entonces, si lo condicionamos se va en otro lado. Necesitamos pues ayudarnos, para que de ahí demostremos de que no necesitamos a los otros que quieren dar apoyo, pero condicionado.
Entonces, ya está aquí ya el café. Y entonces, a ver quién va a decir así de que “me lo llevo y les entrego”. No es para que la vamos a vender, sino que queremos pasarlo en los Estados Unidos. Y de allá los hermanos, las hermanas, que se organicen para vender pues ahí. Porque es que se necesita la organización. Hoy más que nunca vemos que se necesita organizarnos contra el capitalismo. Luchar y trabajar.
Una vez de que entonces hemos caminado dentro de lo que creímos en la organización, nos vamos a dar cuenta de que tenemos que reorganizarnos nuevamente. Hasta incluso tenemos que reeducarnos, porque es lo que estamos viendo eso pues. Nos estamos reeducándonos. Estamos reorganizando lo que creíamos que ya estaba organizado.
Entonces por eso es tan importante de organizarse. Es una palabra organizarse. ¿Qué lleva? A lo mejor lleva ajo, a lo mejor lleva aceite, a lo mejor lleva los condimentos pues. Y eso es lo que tienen que ver. Ya hay eso. ¿Qué tipo de organización?, ¿de qué se trata esa organización?, ¿para qué esa organización? Eso es de cada quien, si hay eso.
Por supuesto de que no pase eso de que nos desviamos o que nos vendemos o que nos rendimos. Porque entonces eso es lo que nos pide en contra del capitalismo, eso. Porque entonces dejas de luchar. No puedes decir de que entonces ya no quieres luchar. Y no puedes decir: “Ya no quiero la miseria”. No se puede: dejas de luchar y la miseria se va a hacer peor.
Entonces, son cosas que tenemos que pensarlo pues. Y que cada quien tiene que construir lo que quiere construir. Con ésa su lucha, con ésa su organización.
Entonces, les hacemos pues entrega acá de ese café para que entonces ustedes digan quién está puesto —entendiendo eso que estamos diciendo de que es para esos hermanos y hermanas— y que se organicen para venderlo. Y que estamos pensando que vamos a tener que apoyarles más, pero sólo que tienen que estar resistiendo ahí, porque si no, no le vamos a entregar a Trump el café pues. Necesitamos ahí al pueblo migrante ahí en Estados Unidos que están organizándose para que la siguiente cosecha les entregamos café nuevamente.
Y ojalá de que entonces nos acompañen pues así de apoyar a esos hermanos y hermanas, con lo que vayan a poder. Ya lo tendrán que ver ahí eso pues ustedes.
Gracias.

LECCIONES DE GEOGRAFÍA Y CALENDARIOS GLOBALIZADOS

14 de abril del 2017.
  “Nada ha cambiado”, así dicen.
  “En Chiapas, los indígenas están igual o peor que antes del alzamiento zapatista”, reiteran los medios de paga cada que su caporal se los indica.
  Hace 23 años, de diversas partes del mundo llegó “ayuda humanitaria”.  Los indígenas zapatistas entendimos entonces que no era limosna lo que nos mandaban, sino apoyo para resistencia y rebeldía.  En lugar de zamparnos todo o venderlo, como hacen los partidistas, con esos apoyos fuimos levantando escuelas, hospitales, proyectos para la autogestión.  Poco a poco y no sin problemas, dificultades y errores, construimos las bases materiales para nuestra libertad.
  Ayer hemos escuchado al Subcomandante Insurgente Moisés decirnos que las comunidades indígenas zapatistas se organizaron no para pedir ayuda, sino para apoyar a otra gente en otra tierra, con otra lengua y cultura, con otro rostro, con otro modo, para que resista.  Nos ha platicado el proceso seguido para cumplir con eso.  Cualquier que haya escuchado sus palabras puede decir, y no se equivocaría, que lo que se ve en ese largo camino que va del cafetal a este kilo de café empacado, hay una constante: organización.
  Pero volvamos a 1994-1996.
  Conforme llegaban mujeres, hombres y otroas de diversos rincones del México y del mundo, las zapatistas, los zapatistas entendimos que, en ese calendario, no era una geografía específica la que nos tendía la mano y el corazón.
  No era la soberbia Europa la que se condolía de los pobres inditos a los que, inútilmente, había querido exterminar siglos antes.
  Fue la Europa de abajo, la rebelde, la que, sin importar su tamaño, lucha día a día.  La que, con su apoyo, nos decía “no se rindan”.
  No era el norte revuelto y brutal que es gobierno y Poder escondido detrás de la bandera de las barras y las turbias estrellas quien, simulando humanidad, mandaba migajas.
  Fue la comunidad latina y anglo que defiende su cultura y modo, que resiste y lucha, que no se embrutece con la droga del “sueño americano”, la que nos apoyó mientras murmuraba “no se vendan”.
  No era el México partidista, el de la nomenclatura de todas las derrotas convertidas en puestos y cargos para los dirigentes y olvido para las bases, quien trataba de cobrar doble: cobrar la sangre de los nuestros y cobrarnos luego la limosna que trajeran.
  Fue el México de abajo, el que se organiza sin importar si son muchos o pocos, si salen o no en las noticias, si los entrevistan o no los medios de paga; el que carga sus muertos, sus presos, sus desaparecidos no como un lamento sino como un compromiso.  Ese México fue quien se quitó algo de lo poco que tenía para dárnoslo mientras su mirada nos mandaba: “no claudiquen”.
  De África, Asia y Oceanía también llegó el aliento y la esperanza susurrándonos: “resistan”.
  Y desde esos años primeros, nosotras, nosotros, zapatistas, entendimos que no nos dejaban una ayuda sino un compromiso, y desde ese calendario nos hemos esforzado por honrarlo.
  Aún con todo en contra, acosados por el ejército y paramilitares, difamados por los medios de paga, olvidados por todos quienes descubrieron que no sacarían provecho de nuestro dolor, aún así, nos hemos empeñado en honrar ese debe, todos los días y en todas partes, no sin errores y fallas, no sin tropezones y caídas, no sin muertes.
  Ese hombre, esa mujer, esoa otroa, que lucha en otros rincones del planeta, puede decir ahora que luchó a nuestro lado.  Y sin empacho puede dejarnos a nosotros, nosotras, los errores y atorones, y, con justicia, hacer suyos nuestros logros que, aunque pequeños, valen.
  Gracias a toda esa gente que fue y es compañera tal vez sin saberlo, no somos lo mismo de hace 23 años.
  Hace dos décadas, cada que hablaban nuestros compañeros y compañeras, invariablemente terminaban sus palabras pidiendo disculpas por su manejo del español.
  Hoy, sin olvidar su lengua materna, cualquiera de nuestros jóvenes y jóvenas, con cariño le corrigen la prosodia y la ortografía a más de uno, una, unoa con grados universitarios.
  Hace dos décadas el EZLN era organización, referente y mando de las comunidades indígenas.  Hoy son ellas quienes mandan y nosotros, nosotras, quienes obedecemos.
  Antes las dirigimos y ordenamos, ahora nuestro trabajo es ver cómo apoyamos sus decisiones.
  Antes íbamos delante, marcando el rumbo y el destino.  Hoy vamos detrás de nuestros pueblos, no pocas veces corriendo detrás de ellos para alcanzarlos.
  Hemos pasado a segundo plano.  Habrá quien piense que eso es un fracaso.
  Para nosotros, nosotras, es la buena cuenta que podemos darle a nuestros muertos, a nuestras muertas.  Como a SupPedro, como a la compañera Malena, quien falleció hace apenas unos días, y de quien todavía no podemos hablarles sin que el dolor nos acalambre las manos y se humedezcan las palabras y la mirada.
  Así de grande era ella para nosotras, nosotros, zapatistas.
  Hemos llegado a estos días y esta reunión con su muerte sobre los hombros y, aunque no explícitamente, su voz ha tomado la nuestra.
  Hace un par de días hemos querido saldar una deuda de honor con quienes hoy nos faltan y mucho.  Hemos querido hacer nuestras las palabras que imaginamos suyas si aquí estuvieran, a nuestro lado, como lo estuvieron toda su vida.
  Pero ahora debemos seguir, y hacerles saber a todos que nuestras comunidades, nuestros pueblos, han decidido que es el momento de recordarles a quienes creyeron y confiaron en nuestra bandera y modo, que aquí estamos, que resistimos, que no nos rendimos, que no nos vendemos, que no claudicamos.
  Queremos que sepan que ahora pueden contar con nosotros, nosotras, con las comunidades zapatistas.  Que aunque poco y a la distancia, les apoyaremos.
  Y tampoco será nuestro apoyo una limosna.  También será para ellos, ellas, elloas, ustedes, un compromiso.
  Porque esperamos que resistan hasta lo último.  Esperamos que no se rindan, que no se vendan, que no claudiquen.
  Porque esperamos que aún en los momentos en que se sientan más solos, más derrotados, más olvidados, tengan en su dolor y su angustia al menos una certeza: la de que hay alguien que, aunque lejos y con el color de la tierra, les dice que no están solos, solas, soloas.  Que su dolor no nos es ajeno.  Que su lucha, su resistencia, su rebeldía, también es la nuestra.
  Les apoyaremos como es de por sí nuestro modo, es decir, un apoyo organizado.
  Y deben saber y tener bien claro, que en este apoyo va nuestro cariño, nuestra admiración, nuestro respeto.
  El empaque no lo dice, pero dentro va el trabajo de los hombres, mujeres, niños y ancianos zapatistas.
  Porque hace ya varios años que entendimos que nuestro anhelo no es local, ni nacional, es internacional.
  Entendimos que para nuestro empeño las fronteras estorban.  Que nuestra lucha es mundial.  Que siempre lo ha sido, pero que no lo sabían quienes nos parieron y que fue hasta que la sangre indígena tomó el timón además del motor, y marcó el rumbo, que descubrimos que el dolor, la rabia y la rebeldía no tienen pasaporte y que son ilegales para el arriba, pero son hermanas para el abajo.
  Hoy podemos decirle “compañero”, “compañera”, “compañeroa” a cualquiera que resista, se rebele y luche en cualquier parte del planeta.
  Ésa es la nueva geografía que no existía en aquel otro calendario.
  Así que reciban nuestro apoyo sin pena.
  Recíbanlo como lo que es, como un saludo.
  Con eso como pretexto sacudan al mundo, arañen los muros, digan “no”, levanten el corazón y la mirada.
  Que si el poderoso no los ve ni los oye, en cambio los miran y los escuchan las zapatistas, los zapatistas que, aunque no somos grandes, venimos rodando desde siglos y sabemos bien que el mañana es parido como debe ser, es decir, abajo y a la izquierda.
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De individu@s y colectiv@s.
  Hay muchas cosas que no podemos explicar.  Sabemos que son así, pero nuestro conocimiento es rudimentario y no podemos explicar por qué.
  Ya ven, por ejemplo, que “los cabezas grandes” nos dicen que no sabemos marxismo (no sé si eso es un defecto o una virtud), que somos una fantasía alargada en el tiempo por causas que no pueden explicar pero que son sospechosistas.  Como no es posible que un grupo de indígenas piensen, quiere decir que es el hombre blanco o alguna fuerza oscura la que nos manipula y nos lleva a no sé dónde.
  Nuestro conocimiento, nos dicen, no es más que voluntarismo y buena suerte en el mejor de los casos, o simple manipulación de alguna mente perversa en el peor.
  Pero no es que les preocupa si alguien nos manda y orienta.  Lo que les molesta es que no sean ellos.  Les incomoda que no obedezcamos, que la insumisión en estas tierras no sea una bandera sino ya una forma de vida.
  En resumen, les molesta e incomoda que seamos zapatistas.
  Y la misma incapacidad que nos suponen para la lucha, la extienden al conocimiento.
  Nos siguen viendo desde arriba.  Desde sus amplios y lujosos barandales se asoman a mirarnos con burla, con lástima, con desaprobación.  Y regresan luego a sus espaciosos camarotes a masturbarse pensando en su bonanza y bienestar.  Excitándose al imaginar el dolor en el otro, la desesperación en la otra, la angustia en loa otroa.
  Porque ellos, van arriba del soberbio barco, navegan la gran finca flotante que recorre las geografías y calendarios actuales.
  Pero si se vuelven a asomar y dirigen su mirada abajo y a la izquierda, con preocupación más cerca nos miran.
  Pero no, no es que hayamos crecido para alcanzarlos.  No es que nos estiremos para tratar de llegar a ser como ellos.
  No, nosotros, nosotras, no somos ellos.  Y no queremos serlo.
  Si más cerca nos ven es, simple y sencillamente, porque su soberbio buque se hunde.  Se hunde irremediablemente, y lo saben el finquero, los capataces y caporales, que ya tienen listas las barcas para abandonar el navío cuando la catástrofe sea tan evidente que nadie pueda negarla.
  Pero no me hagan caso.  Ellos son los grandes estudiosos, los que manejan con habilidad las nuevas maravillas tecnológicas.  Ellos son quienes pueden, con un golpe de dedo, encontrar justificaciones para su cinismo, su ruindad, su imbecilidad que, no por vestirse de ilustrada, deja de ser lo que es: una chambonada pedante y cínica.  Ellos que, con maña, obvian los argumentos en contra que se encuentran ahí mismo, que trucan y editan palabras y hechos para acomodarlos a conveniencia.
  Y no les interesa siquiera corregirnos.  Sólo quieren consolarse en su bajeza, en su soledad.  Y se pretenden individuales, únicos, irrepetibles, pero no son más que una más de millones de moscas revoloteando en la mierda.
  Ellos que creen saber y no saben.  Ellos que quieren ganar, y pierden.
  Porque ellos se creen que están a salvo del colapso.  Que el dolor siempre será ajeno.
  ¿De veras creen que la desgracia tocará antes a su puerta y pedirá permiso para entrar en su vida?
  ¿Creerán que habrá un anuncio antes, que habrá una aplicación para el celular que les avise que se acerca la tragedia?
  ¿Esperan que sonará la alerta y podrán salir en orden de su trabajo, su casa, su auto y agruparse en tal punto?
  ¿Esperan que en sus miserables mundos, aparecerá, de pronto, la señalización que indique: “punto de reunión en caso de apocalipsis”?
  Ellos, ¿tienen en sus pueblos, en sus colonias, en sus ciudades, en sus países, en sus mundos, una puerta con un letrero luminoso encima rezando “SALIDA DE EMERGENCIA”?
  ¿Suponen que será como en las series y películas de catástrofes, que todo es normal y en un instante todo se descompone?
  Puede ser.  Ellos son quienes saben, quienes imparten juicios y condenas.
  Pero, según nosotros, nosotras, zapatistas, la pesadilla la va construyendo el Poderoso poco a poco.  Las más de las veces, la presenta como un beneficio, un avance.  En veces es el progreso, el desarrollo, la civilización.
  Pero ya ve usted que somos indígenas, lo que, según ellos, quiere decir ignorantes, manipulados por la religión, o la necesidad, o por ambas.
  Para ellos no tenemos ni la capacidad ni el raciocinio para diferenciar una cosa de otra.
  Para ellos no somos capaces de la mínima elaboración teórica.
  Pero, por ejemplo, hace más de 20 años señalamos el colapso que sufriría la globalización neoliberal.  Ahora los cabezas grandes descubren que, en efecto, la globalización explosiona, y escriben ensayos minuciosos para demostrar lo que se puede constatar apagando la televisión, la computadora o dejando en paz el celular unos instantes, y ya no digamos salir a la calle, bastaría asomarse a la ventana para constatar lo que pasa.  Se citan y recitan entre sí, se felicitan e intercambian zalamerías y cachondeos teóricos (ok, también carnales, pero cada quien con su cada cual).
  Si hubiera justicia teórica, se reconocería que los más pequeños de los pequeños se asomaron antes a la catástrofe en curso y la señalaron.
  No dijeron si era buena o mala, no abundaron y redundaron en citas de pie de página, ni acompañaron sus aseveraciones con referencias a nombres extraños con muchos grados académicos.
  Les cuento esto porque, hace un par de días, les platicaba yo que, entre los papeles  del SupMarcos, encontré ese texto que se supone explica las razones y motivos que llevaron a un escarabajo de nombre de pila Nabucodonosor, a elegir un nombre de lucha y una profesión ídem, abandonar su casa y familia, y armado con una cáscara de cacaté como yelmo, una tapa de plástico de un frasco de medicina como escudo, un clip desdoblado como lanza, y una ramita como espada (que se llamaba, por supuesto, Excalibur), elegir un amor imposible, asignarle a una tortuga la misión de cabalgadura con el paradójico nombre de “Pegaso”, escoger de escudero a un guerrillero de nariz evidente, y lanzarse a recorrer los caminos del mundo.
  Pero no buscaba yo ese texto.  Porque en las últimas fechas he leído y escuchado estudios y análisis que sostienen que parece, es probable, puede ser, es un supositorio, la globalización neoliberal no es la panacea prometida y, en realidad, está acarreando más perjuicios que beneficios.
  Y fui entonces yo a hurgar en ese baúl porque creía haber leído eso antes.
  Y pues lo encontré y aquí se los leo.  Tiene fecha de abril de 1996 y es una ponencia redactada por un escarabajo.  Se titula:
“ELEMENTOS PROMISORIOS PARA UN ANALISIS INICIAL COMO PRIMERA BASE DE UN ACERCAMIENTO ORIGINAL A LAS PRIMOGENITAS CONSIDERACIONES FUNDAMENTALES ACERCA DEL BASAMENTO SUPRAHISTORICO Y SUPERCALIFRAGILISTICOESPIRALIDOSO DEL NEOLIBERALISMO EN LA COYUNTURA DECISIVA DEL 6 DE ABRIL DE 1994 EN PUNTO DE LAS 0130, HORA SURORIENTAL, CON UNA LUNA QUE TIENDE A VACIARSE COMO SI FUERA BOLSILLO DE TRABAJADOR EN EL AUGE DE LAS PRIVATIZACIONES, LOS AJUSTES MONETARIOS Y OTRAS MEDIDAS ECONOMICAS TAN EFICACES QUE PROVOCAN ENCUENTROS COMO EL DE LA REALIDAD” (Primera de 17,987 partes).
La ponencia es bastante sintética. De hecho, se compone de una sola frase que dice así:
“El problema con la globalización en el neoliberalismo es que los globos se revientan”.
  Oh, yo entiendo que en una publicación “seria” de la academia o del limitado universo de los medios de paga, no se puede citar a pie de página: “Don Durito de La Lacandona. Op. Cit. 1996).  Porque luego habría que aclarar, al final de la publicación, que el autor referido es un escarabajo que se cree andante caballero y cuyo rastro se perdió en La Realidad, el 25 de mayo del 2014.
  Pero les decía yo que hay muchas cosas que no podemos explicar por qué, pero son así.
  Por ejemplo, la individualidad y lo colectivo.
  En colectivo es mejor que individual.  No puedo explicarles científicamente por qué, y tienen todo el derecho de acusarme de esotérico, o algo igualmente horrible.
  Lo que hemos visto en nuestro limitado y arcaico horizonte es que el colectivo puede sacar a relucir lo mejor de cada individualidad.
  No es que el colectivo te haga mejor y la individualidad te haga peor, no.  Cada quien es quien es, un complejo manojo de virtudes y defectos (lo que sea que signifiquen unas y otros), pero en determinadas situaciones afloran las unas o los otros.
  Prueben aunque sea una vez.  No les va a pasar nada.  En todo caso, si son tan maravillosos como se conciben a sí mismos, pues entonces reforzarán su posición de que el mundo no los merece.  Pero tal vez encuentren dentro de ustedes mismos habilidades y capacidades que no sabían que tenían.  Prueben, total, si no les gusta siempre pueden volver a su cuenta de tuiter, a su muro de feisbuc, y desde ahí seguir dictándole al mundo entero lo que debe ser y hacer.
  Pero no es por eso que ahora les recomiendo que trabajen y luchen en un colectivo.  El asunto es que la tormenta viene.  Lo que se ve ahora no es ni remotamente el punto más álgido.  Lo peor está por venir.  Y las individualidades, por muy brillantes y capaces que se sientan, no podrán sobrevivir si no es con otros, otras, otroas.
  Nosotras, nosotros, hemos visto como el trabajo colectivo no sólo ha permitido la supervivencia de los originarios a varias tormentas terminales, también avanzar cuando son comunidad y desaparecer cuando cada quien ve por el bienestar propio individual.
  En lo que se refiere a las comunidades indígenas zapatistas, el trabajo colectivo no lo llevó el EZLN, tampoco el cristianismo, ni Cristo ni Marx tuvieron qué ver con el que, en momentos de peligro, frente a amenazas externas, para las fiestas, la música y el baile, la comunidad en territorios de los pueblos originarios se hace un solo colectivo.
  En fin, ahí lo vean.
  Pero, como quiera, yo les recomendaría que aprovechen lo que va a hacer el Congreso Nacional Indígena a partir de mayo de este años.  Esperamos de veras que el CNI cumpla su propio mandato y no caiga en la búsqueda de votos y de cargos, sino que lleve el oído hermano para quien abajo es dolor y soledad, que lo alivie con el llamado a la organización.
  El andar de estas compañeras y compañeros va a hacer visibles barrios, comunidades, tribus, naciones, pueblos originarios.  Acérquense a ellos, ellas, a los indígenas.  Abandonen, si pueden, la lente del antropólogo que los ve como bichos raros y anacrónicos.  Deje de lado la lástima y la posición de misionero evangelizador que les ofrece salvación, ayuda, conocimiento.  Acérquese como hermana, hermano, hermanoa.
  Porque, cuando llegue el tiempo en que nadie sepa a dónde ir, esos originarios, los que hoy son despreciados y humillados, sabrán a dónde el paso y la mirada, sabrán el cómo y el cuándo.  Sabrán, en suma, responder a la pregunta más importante y urgente en esos momentos: “¿qué sigue?”
-*-
  Ahora, ya para terminar, algunos señalamientos breves.  Algunas pistas, pues.
.- Cuando Trump habla de recuperar las fronteras de EU, dice que es la de México, pero la mirada del finquero apunta a territorio del Mapuche.  La lucha de los originarios no puede ni debe circunscribirse a México, debe alzar la mirada, el oído y la palabra e incluir todo el continente, desde Alaska hasta Tierra de Fuego.
.- Cuando en la voz del Subcomandante Insurgente Moisés, decimos que el mundo entero se está convirtiendo en una finca y los gobiernos nacionales en capataces que simulan poder e independencia cuando el patrón se ausenta, no sólo estamos señalando un paradigma con consecuencias para la teoría.  También estamos señalando un problema que tiene consecuencias prácticas para la lucha.  Y no nos referimos a las luchas “grandes”, las de los partidos políticos y los movimientos sociales, sino a todas las luchas. El zapatismo, como pensamiento libertario, no reconoce a los ríos Bravo y Suchiate como límites de su aspiración de libertad.  Nuestro “para todos, todo” no reconocer fronteras.  La lucha contra el Capital es mundial.
.- Entre las opciones, nuestra posición ha sido y es clara: no hay capataz bueno.  Pero entendemos que alguien haga, la mayoría de las veces como terapia de consuelo, una diferenciación entre los malos y los peores.  Ok, quien poco hace, con poco o nada se conforma.
  Pero ellos deberían tratar de entender que quien arriesga todo, todo quiera.  Y para nosotras, nosotros, zapatistas, el todo es la libertad.
  No queremos elegir entre un patrón cruel y uno bondadoso, simple y llanamente no queremos patrones.
  Pues eso es.
  Muchas gracias.  Digo, además de las que me adornan.
SupGaleano.
Abril del 2017.
DEL CUADERNO DE APUNTES DEL GATO-PERRO.
I.- Imágenes de la Finca Global.
  Han llamado a cuentas a los señores John McCain y John Kelly.  El primero es senador y el segundo es secretario de Seguridad Nacional, ambos en el gobierno norteamericano.  El patrón les reprocha el comentario sobre que sería un problema que una candidatura de izquierda llegara a la presidencia de México, lo que ha sido aprovechado por uno de los precandidatos para promoverse.
  Tanto McCain como Kelly se miran entre sí extrañados y argumentan: “pero si nos estábamos refiriendo a lo que pretenden los fuckin indios frijoleros brownies, que están diciendo que pueden gobernar no sólo México sino el mundo entero con su fucking council.  Ellos sí son un problema, no sé por qué el otro se sintió aludido, si él y nosotros sabemos que no representa amenaza alguna como no sea para sí mismo”.
  El patrón, que sea el finquero, que sea el capitalista, los escuchó y movió la cabeza asintiendo con aprobación.  Les dio orden de retirarse y llamó luego a Donaldo y a su mamá (que sólo aparece aquí para mentarla), así como a los principales líderes políticos para darles indicaciones.
  Horas después, en solemne sesión del congreso norteamericano, el Trump condecoró al senador McCain y al general Kelly con la medalla al mérito capitalista, el más alto honor que el patrón otorga a capataces, mayordomos y caporales.
  La sesión transcurría sin mayores contratiempos cuando empezó a detectarse mucha bulla en la sala de prensa donde los corresponsales asignados a la Casa Blanca se aburrían soberanamente.  De pronto, todos se agolparon en torno a uno de los monitores.
  Resulta que una colega, más aburrida que el copete del Trump, se puso a “zapping” en la red y había llegado a la página del Sistema Zapatista de Televisión Intergalactica (“SIZATI” por sus siglas en español).
  En la pantalla se observaba la misma ceremonia pero con una cámara que tomaba todo a espaldas de donde el Trump estaba.
  En la imagen se veía que el Trump traía un papel pegado en una de las nalgas que decía “Kick me”, y otro en la otra nalga que rezaba “Fuck me”  y uno más, a la altura del hombro izquierdo, en el que se leía “Vamos por todo para todoas” y firmaba “El fucking Congreso Nacional Indígena”.
  Los corresponsales enloquecieron y llamaron frenéticos a sus redacciones, las principales cadenas televisivas del mundo suspendieron su programación habitual para enlazarse con el SIZATI.  En todo el planeta las pantallas se llenaron de las nalgas del señor Trump.
  Las consecuencias no se hicieron esperar: la muy honorable, discreta y recatada familia Kardashian sufrió un síncope cardíaco porque su reality show perdió el 100% de la audiencia; el mundo entero no vio la escena culminante de la serie The Walking Dead, donde Darill le confiesa su amor a Rick y, cuando se besan apasionadamente el Rick con el Flechitas, ¡zás!, la Michone les corta la cabeza a ambos y, enfundando su katana, dice, mirando a la cámara: “mejor me voy a la fuckin selva lacandona a buscar a mi verdadero amor, el fuckin SupGaleano, no vaya a ser que me dé baje la fuckin Rousita”; y tampoco pudieron ver el último episodio de la serie Games of Thrones, en la que la Dayanaris le da un su besito a Tyron, demostrando que lo fuckin pequeño gana cuando cuenta y que, en efecto, John Snow no sabía nada.
  Desde el podio del congreso, Trump observó la agitación en los corresponsales y pensó para sí que al fin la fuckin prensa había entendido la grandeza de él, o sea del Trump himself.
  Horas después la séptima flota naval de los fuckins marines y la fuckin 101 división aerotransportada vigilaban las mares y cielos del mundo, esperando que los servicios de inteligencia de la OTAN descubrieran la ubicación del fuckin SIZATI para lanzarle 3 mil misiles Tomahawk con 3 mil cabezas nucleares cada uno, además de la madre de todas las bombas.
  Al bunker del patrón llegó la comunicación: “los fuckin bastards are fuckin every where” que, en español, se puede traducir como “no tenemos una fuckin idea de donde están esos weyes”.
  La industria militar trabajaba ya a todo vapor para surtir un nuevo pedido de misiles, así que había que gastar los que ya había, si no, la fuckin sociedad del finquero se iba a enojar.  El patrón garabateó una nueva orden.  El fuckin secretario de la defensa gringo miró desconcertado al finquero.  El mandamás lo miró nomás con cara de “cumple y ya”, y el militar corrió a trasmitir la nueva fuckin orden.
  Los 3 mil fuckin misiles Tomahawk recibieron un nuevo fuckin target: la fuckin Casa Blanca (la de Trump, se entiende, dont worry fuckin Peña Nieto).
  “Disparen”, ordenó el fuckin finquero, “ya encontraremos otro fuckin capataz”.
  Unas pocas horas después los líderes mundiales expresaban su pesar al “hermano pueblo de los Estados Unidos”, y una larga fila de suspirantes esperaba su turno afuera de la casa grande del patrón.
  Entre los formados se pudo distinguir a la Hillary, al Chapo, a la Calderona y al aspirante a policía, Aurelio Nuño Ramsey, que repetía para sí mismo “se dice read, no red”.
  Muy lejos de ahí y en el suroriental estado mexicano de Chiapas, en lo alto de una ceiba, conectada su compu a internet mediante una antena que les fabricaron el SubMoy y el Monarca con la tapa de una olla, bejuco, maskin tape y un modem de usb, una niña y un niño se miran entre sí desconcertados y ella le reprocha a él: “te dije que no le dieras click ahí”.  El niño se defiende “Acaso fui yo”.  En medio de los dos infantes, un animalito que parece un gato… o un perro, mueve alegremente la cola y sonríe con fuckin malicia.
(fuckin fade out)
-*-

II.- Defensa Zapatista y la piedra en el camino.
  “¿Por qué son así los pinches hombres?
  La pregunta viene de la puerta de la champa y es la niña Defensa Zapatista quien, en jarras, me mira con severidad.
  Me ha sorprendido.  Yo estaba tratando de descifrar cómo era posible que más de 50 misiles Tomahawk norteamericanos hubieran provocado sólo 5 ó 6 muertes en el aeropuerto militar en Siria.  O esos Tomahawk estaban hechos en China, o los gringos le habían avisado antes a los rusos para que tuvieran tiempo de desalojar.
  Podría pedirle a Defensa Zapatista su opinión pero creo que el momento no es oportuno.  Porque, mientras les cuento esto, la niña ya está dentro de la champa y se ha plantado frente mío.  A su lado, el gato-perro también me mira fijamente con reprobación.
  Yo estaba a punto de responder “¿así cómo?”, pero la niña no está esperando una respuesta sino que sólo se asegura de que la escucho.  Sigue:
  “¿Qué así los hizo el dios o es que ustedes estudian para ser tarugos?  ¿O se preparan o se entrenan para ser babosos?”
  ¿O ya vienen así, pero cuando son pichitos no se sabe y cuando ya crían entonces el que es tarugo es hombre y la que es lista es mujer?
  Yo estoy preparando un largo discurso de, como quien dice, defensa de género, pero hay un machete demasiado cerca de la embravecida niña y dudo que sea prudente intentar moverme siquiera porque el gato-perro le gruñe, hostil, a mis botas.
  No alcanzo a entender qué es lo ha provocado la furia zapatista de la niña ídem, pero ella no se detiene ni para tomar aire.
  ¿Qué acaso las como mujeres que somos no lo sabemos usar el machete?  Sabemos.  Y lo sabemos trabajar la tierra y cuándo se roza y cuándo se quema y cuándo se siembra.
  ¿Qué acaso no sabemos de animales?  O sea de otros animales, no digo de los hombres.
  Cuando la tormenta amaina, le pregunto a Defensa Zapatista qué es lo que pasó que la tiene tan embravecida.
  Entre amenazas y protestas de género, la niña me cuenta:
  Resulta que el comisariado autónomo llegó a medir en el potrero porque van a poner un templete para el próximo CompArte.
  Defensa Zapatista quería que el templete estuviera en un costado, del lado del arroyo.  Así, más adelante, podía servir para que ella sube a recibir el trofeo cuando complete el equipo y gane el campeonato.
  El comisariado ha visto que es mejor atrás de la portería que da al camino real, y no hace caso de los argumentos de la niña quien, al verse contrariada, decidió que el comisariado, como es hombre, está atacando sus derechos de “como mujeres que somos” y le empezó a dar, como quien dice, la clase política.
  Me cuenta que la cosa se puso grave porque el Gato-perro se sintió obligado a intervenir en la argumentación y mordió al comisariado en el tobillo.  Así que el perro, gato o lo que sea y la niña, fueron a parar a la escuela donde la promotora de educación escuchó escandalizada la, como quien dice, “relación de los hechos” que le contó el comisariado.
  Resultado: de castigo, la niña y el gato-perro tenían que buscarlo y hablarlo al SupGaleano para que él les explicara por qué es importante el arte en la lucha.
  Yo no vi mucha disposición de aprendizaje que digamos, ni en la niña ni en el animalito. Así que traté de aplicar mi famoso método pedagógico “vuelta y vuelta”, que se basa en el postulado filosófico de que “no hay problema lo suficientemente grande, como para no darle la vuelta”.
  Entonces les conté el siguiente cuento:

“La Piedra en el camino”
  Habrá una vez una comunidad.  Todos los días, muy temprano, los hombres y mujeres se tomaban su café y un poco de frijolito y, después de meter una bola de pozol y una botella con agua en la morraleta, se iban a la milpa colectiva.  Así era todos los días, y el andar del poblado indígena seguía su vida de resistencia y rebeldía.
  Pero resulta que un día llovió muy fiero y una gran piedra se soltó de un cerro y llegó a tapar el camino a la milpa.  Fue todo el pueblo a ver.  Sí, era una piedra muy grande.  Probaron a moverla pero nada, ni tantito.
  Entonces ahí mismo hicieron asamblea y se pusieron a dar su pensamiento de qué hacían.
  Unos dijeron que ni modo, que hay que buscar otro lugar para hacer la milpa.
   Otros decían que no, que el terreno ya estaba rozado y de balde quedaba si ya no lo trabajaban.
  Otros decían que la piedra la había puesto ahí la mafia del poder como parte de un complot contra el Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena.
  Entonces siguieron discutiendo y se hicieron varios grupos: un grupo decía que había que rezarle al dios para que quitara la piedra, otro grupo decía que qué dios ni qué nada, que la ciencia; y el otro uno decía que había que investigar y descubrir las huellas del chupacabras Salinas, el De Gortari, no el Pliego.  Porque el Salinas De Gortari era el Salinas malo y el Salinas Pliego era el Salinas bueno.
  Entonces cada grupo se puso a hacer lo que pensaba.
  Los del rezo trajeron incienso y una imagen del santo patrono del pueblo, hicieron un pequeño altar y ahí estaban reza y reza.
  El otro grupo fue por sus cuadernos y la cinta métrica y se pusieron a medir y calcular para, haciendo palanca con un palo, mover la piedra.
  El otro uno fue por el equipo de detective marca “Mi Alegría” y con lupa y microscopio revisaban la piedra para ver si el chupacabras había dejado huellas de su pezuña.
  Los tres grupos ahí estaban, haciendo lo que pensaban era mejor para resolver el problema.
  En eso estaban cuando llegó una niña caminando.
  Venía de la milpa.
  Todos la rodearon y le empezaron a hacer preguntas.
  El grupo de la rezadera le preguntaba si el dios le había mandado un ángel que la había llevado volando encima de la piedra, y empezaron a gritar “¡milagro!, ¡milagro!”, y a cantar salmos y alabanzas.
  El grupo científico le preguntó cómo había resuelto la distribución de punto de apoyo, fuerza y resistencia, y se pusieron listos para tomar el apunte en sus cuadernos.
  El tercer grupo le pidió las pruebas de la participación del chupacabras malo, mientras redactaban un desplegado donde los abajo firmantes convocaban a todos a apoyar con su voto al redentor en turno.  El desplegado saldría en los medios de comunicación propiedad del chupacabras bueno.
  La niña callaba y miraba a todos extrañada.
  Al fin la dejaron hablar y ella explicó que, cuando salió en la mañana con otro niño, ahí estaba la pinche piedra (así dijo) y que como no se podía pasar, fueron, el niño y ella, por el machete y entonces hicieron un camino que le da la vuelta a la pinche piedra (así dijo) y, con su manita, señaló el pique que, en efecto, le daba la vuelta al obstáculo y se conectaba con el camino más adelante.  A su lado, el niño callaba.
  Hasta entonces los tres grupos se percataron del caminito.
  Todos celebraron y felicitaron a la niña porque había resuelto “la” problema.
  El comisariado se echó un discurso alabando a la niña.  Que ella sí había pensado que es muy importante el camino a la milpa y por eso había hecho el camino.
  Todos aplaudieron y pidieron que la niña dijera su palabra.
  La niña pasó al frente de la asamblea y explicó:
  “Acaso estoy pensando en eso que dicen, yo sólo quería recoger unas flores de Chene´k Caribe para que mi hermanita juega, y el Pedrito aquí presente quería huellar al tejón para que no roba el maíz”, y mostró las flores a la asamblea, mientras el niño se escondió detrás.
  Todos quedaron callados y un poco con pena.
  Al fin el comisariado tomó la palabra y dijo: “pues hay que hacer fiesta”.
  “Sííí” dijeron todos y se fueron a echar fiesta.
  Tan-tan.
  Defensa Zapatista escuchó con atención todo el cuento.
  Entonces el gato-perro fue al rincón donde está mi machete y, moviendo la cola, le ladró y maulló a la niña.  Defensa Zapatista lo quedó viendo y, de pronto, se puso de pie exclamando “¡Claro!”, y fue y tomó el machete.
  “¿Vas a hacer otro camino?”, le pregunté.
  “¡Qué camino ni qué nada!”, me dijo ya en la puerta.
  “Voy a ir a buscar al Pedrito y en colectivo vamos a destruir el templete del comisariado.  Al Pedrito lo voy a poner de guardia para que vigile si se acerca el enemigo.  Y ya luego vamos a hacer otro templete más bonitillo que el del comisariado y le vamos a poner muchas flores y colores y va a estar bien alegre y los musiqueros y las bailadoras van a querer irse a nuestro templete y no al del comisariado que va a estar bien triste porque es de los pinches hombres.  Y le voy a decir a los musiqueros que lo hagan la canción de que ganamos el partido, y lo voy a convencer a las bailadoras que se entran a mi equipo y así ya vamos a ser más, aunque dilate, pero vamos a ser más.”
  Se fue Defensa Zapatista.  Yo me quedé en la champa, pensando qué es lo que había fallado en mi método pedagógico.
  Ahora estoy aquí, sentado fuera de la champa, esperando a que me avisen que Defensa Zapatista está castigada en la escuela, con el Gato-perro durmiendo en su regazo, mientras escribe en su cuaderno 50 veces “no debo hacer caso de los cuentos del fuckin SupGaleano”.
Fuckin gracias.
SupGaleano.
Abril del 2017.