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19 sept 2007

Entrevista con Jorge Montiel, organización wayuu Maikiralasa’lii


“Tenemos una verdad por delante y tenemos que decirla”
Como parte de las 2300 personas que asistieron al Segundo Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, realizado el pasado mes de julio en México, se encontraba una pequeña delegación zuliana. Jorge Montiel y Diego, miembros del pueblo wayuu, llevaron un mensaje grande en verdad: la situación de las comunidades aborígenes venezolanas era muy diferente a lo que decían al mundo funcionarios del gobierno radicado en Caracas. El mensaje, transmitido en primera persona, problematizó a un movimiento zapatista que, como lo sugería declaraciones anteriores, había comenzado a mirar con buenos ojos la gestión gubernamental adelantada en nuestro país. El Libertario conversó sobre la experiencia con Jorge Montiel, miembro de Maikiralasa’lii, que en lengua “arijuna” significa organización que no se vende.


- ¿Cuál fue la motivación para asistir al encuentro zapatista?

- La invitación surge a partir de la invitación del profesor Quintero Weil, de LUZ, quien se encuentra en México haciendo un doctorado y está vinculado con los zapatistas. Siempre fue parte de nuestros objetivos, llegar a Mexico y compartir la experiencia con los compañeros zapatistas, oportunidad gracias a personas como Cristian Guerrero, compañeros estudiantes de la UNAM y también con otros que nos brindaron una amplia solidaridad.

- Homoetnatura, a la cual están vinculados, ha llevado una lucha continuada sobre el tema del carbón. Ahora los wayuu han formado una nueva agrupación llamada Maikiralasa’lii. ¿Cuál es la diferencia?

- Homoetnatura siempre se ha vinculado con los indígenas, pero quisimos tener una organización netamente indígena wayuu, era una necesidad, pero tenemos la misma tarea. Por ahora solo estamos wayuu, pero estudiamos la posibilidad de que exista una organización entre compañeros Yukpa y que sea nacional, junto a los Bari. Con el nombre de esta organización y en la lucha contra el carbón llegamos a México.

- ¿Cómo fue el recibimiento por parte del encuentro?

- Los compañeros zapatistas y otros que no lo eran, periodistas y compañeros de cinco continentes, les impresionó mucho nuestra aclaratoria. Hablamos mucho de nuestra lucha, que es muy similar a la de los zapatistas: tierra, agua, biodiversidad. Les encantó que existiera una organización en Venezuela que no sea dirigida por los partidos políticos. Cuando explicamos todo lo relacionado con la lucha, los zapatistas dijeron “son la primera organización indígena venezolana que llega y que no se pone una franela y una gorra roja. Hemos conocido muchas organizaciones de Venezuela que hablan otras cosas y no explican bien la realidad”. Nosotros explicamos, sin intención de atacar al gobierno del presidente Chávez, nuestra propia verdad, pues tenemos una verdad por delante y tenemos que decirla. Fuimos la delegación más entrevistada de ese encuentro. Tuvimos cerca de 40 entrevistas de diferentes partes del mundo. Cuando volvimos era más clara nuestra lucha, pues descubrimos que no estábamos solos.

- ¿En qué actividades participaron durante el encuentro?

- Intervenimos en todas las mesas de trabajo, en la parte cultural. Subimos a la tarima y hablamos; le dirigimos mensajes al subcomandante Marcos, Moisés, Tacho y a la comandante Hortensia. No pudimos hablar personalmente con Marcos, pero tuvimos contacto breve con Tacho. A Marcos le entregamos una carpeta con toda nuestra lucha. Expresamos que queríamos un apoyo, un pronunciamiento del encuentro. Le entregamos la carta con los videos “Socuy lucha por la tierra” y la película “Nuestro petróleo y otros cuentos”. El la recibió y afirmó que ya tenía conocimiento de nuestra visita. Ofrecimos una rueda de prensa para todos aquellos compañeros que no pudimos atender el 2 de agosto. Estuvimos dos horas, una hora de toda la aclaratoria de porqué los wayuu estaban en el encuentro. Después tuvimos el ciclo de preguntas.

Ni chavistas ni antichavistas: indígenas

- ¿Qué conocían sobre la situación indígena en Venezuela?

- Muchas personas al principio quedaron sorprendidas porque dijimos la verdad. Ellos tenían otra información, a través de los ministerios y diputados, de que todo estaba bien en el país, que se estaba saldando los derechos históricos en Venezuela, también de los discursos del presidente fuera del país. Dijimos que no teníamos ningún representante pues desconocíamos eso, pues ningún diputado habla a favor de los indígenas amenazados por el carbón. Explicamos que toda la cordillera de la Sierra de Perijá la iban a entregar en concesión y que era Corpozulia la responsable. También dijimos que el ministerio indígena era uno puesto por el gobierno, no puesto por los indígenas. No fue a base de elección popular, donde los indígenas votaron para fundar el ministerio o asignar una ministra. Dijimos que tenemos el problema de las tierras, pues se paralizó la demarcación de tierras y no sabíamos por que. También dijimos que no se aceptaba la legitimidad de la comunidad indígena de Mara, cuando la ley dice que por tradición o de manera originaria se podía conformar la comunidad indígena. Los compañeros zapatistas dijeron “Caramba, si allá en Venezuela se habla muy bien de esto, de que los diputados y ministerios…”. No, respondimos, es todo lo contrario. Los diputados están con Corpozulia, que están con las trasnacionales. También aclaramos públicamente que no eramos chavistas ni antichavistas: nosotros éramos indígenas antiimperialistas y anticapitalistas. Si fueramos antichavistas estuviéramos con al oposición aspirando cargos. Si fueramos chavistas estuviéramos aspirando a ser diputados de la asamblea, del consejo legislativo o ser concejal. Nosotros vamos por el medio, defendiendo nuestros intereses propios, que es la tierra.

-¿Hubo alguna reacción negativa ante estas palabras?

- Al principio de un discurso que nosotros hicimos en San Cristóbal Chiapas, en la universidad, algunos norteamericanos se molestaron mucho. Ellos eran muy chavistas, dijeron que nosotros éramos de la derecha, que porque tenemos que hablar así cuando todo en Venezuela estaba chévere. Pero los compañeros que hablan inglés, porque nosotros no lo hablamos, les dijeron “¿ustedes han ido al Socuy?, ¿Han visto la situación de los compañeros indígenas?”. “No”. “Entonces porqué ustedes hablan que no hay ningún problema? Tienen que ir para allá primero y después criticar”.

- ¿Qué es lo que más recuerdan del encuentro?

- Las mesas de trabajo, pues acá las hacemos de manera diferente. Para los zapatistas es dar respuesta a lo que han hecho, pues son muchas organizaciones las que los apoyan. Por ejemplo ellos hablan de los médicos. Ellos dicen los médicos, hay un quesero, que se encarga de componer los huesos. Otro medico es el naturista yerbatero, y se encarga de preparar todas las medicinas tradicionales. Eso también lo explican, como hacen y que efecto da. Y la médica materna, para el parto, pues no es médico graduada en universidad. Ellos explican como lo hacen, así como los maestros y las juntas de buen gobierno. La gente preguntaba, pero para mi estaba claro. Era muy organizado. Esa parte la recordamos mucho, pues había jovencitos de 14 años que se paraban en la tarima a dar discursos y explicar. También explicaban los castigos que les daban a los hombres que maltrataban a las mujeres: 60 días de trabajo gratuito para la comunidad. Hubo un compañero que preguntó como era la cárcel de los zapatistas comparada con la del gobierno federal. Respondieron “diferente, porque nosotros no torturamos”.

- ¿Llegaron a compromisos con otras organizaciones de América latina?

- Con una organización indígena de México llamada FUDEM, en defensa por la energía eléctrica. Llegamos a un acuerdo con los zapatistas para que dos compañeras vayan a un encuentro de mujeres, que se va a realizar el 30 y 31 de diciembre. Nos suscribimos en el libro histórico de los compañeros zapatistas, y también pudimos hablar con los movimientos indígenas de Oaxaca, con los de Guerrero y también con el Congreso Indígena de México. Llegamos a compromisos con agrupaciones de Francia, Italia y España, acuerdos de que ellos nos iban a visitar y de que nosotros fuéramos para sus países para hablar del consenso indígena. También tuvimos muchos vínculos con los grupos anarquistas, y ellos van a venir a visitarnos en esta lucha. Nos multiplicamos y estamos crecidos, sin temor alguno porque estamos luchando por nuestros derechos. Pretendemos estar ahí, pues dijimos que íbamos a estar en contacto todo el tiempo. Pensamos solicitar realizar el tercer encuentro de los zapatistas con el mundo en el Socuy. Ellos tienen que decidirlo, pues van a bajar por Latinoamérica para hacer la otra campaña.

- ¿Que va a hacer ahora, qué planes tienen para Maikiralasa’lii?

- Seguir fortaleciéndola, agrupar más compañeros y seguir concientizando. No vamos a caer en la misma ambición de Conive, que es de Nohelí Pocaterra. Va a ser una organización netamente indígena sin ningún afán de lucro político o partidista. Cuando una organización va con afán de lucro político hasta ahí llega. Tenemos diferentes proyectos: escuelas, museo, radio, vivienda. No tenemos recursos pero estamos avanzando, somos fuertes y somos muchos. Una lucha como esta es digna y la admira mucha gente. El propio Subcomandante Marcos tomo una frase que nosotros dijimos, diciendo que era de “los indígenas de Venezuela que luchan”: Aquí estamos, aquí somos, aquí seguimos y aquí resistimos.

Represalias a la disidencia

Los indígenas wayuu, tras su regreso de México, empiezan a sufrir en carne propia los embates de la intolerancia. Tras ser invitados a un taller de Radio Nacional de Venezuela, la emisora estatal de alcance nacional, le comunican a Montiel que ha sido sacado de la lista de los participantes. ¿La razón? Haber firmado la carta que, sobre la situación de los indígenas locales, fue entregada a Marcos del EZLN. “Ya eso es una represalia en contra de nosotros”, afirma el activista aborigen que decidió vivir la democracia participativa y protagónica que, como discurso, se muestra fuera del país. “¿No podemos criticar nada? Esto se lo dijeron expresamente a la persona que nos invitó. En México lo dijimos: puede ser que desde ahora hay una persecución policial contra nosotros, nuestros compañeros ecologistas. Tememos eso, pues así actúan los que están encompinchados con los carboneros y las trasnacionales”.
Pepe el Toro para El Libertario

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