El capitán indígena de la comunidad pemona Musuk Pa, Alexis Romero, fue detenido por la Guardia Nacional Bolivariana el pasado jueves 19 de enero imputado por los delitos de sustracción de efectos de la Fuerza Armada Nacional y ataque al centinela, basándose en los hechos ocurridos el pasado 25 de octubre en La Paragua, estado Bolívar, cuando representantes indígenas de 13 comunidades, actuaron contra 19 funcionarios militares y retuvieron sus armas, luego de corroborar que los castrenses seguían explotando un yacimiento, ubicado en el sector Casabe, que meses antes había sido clausurado por los mismos efectivos. Romero ha sido encarcelado en el Internado Judicial del estado Monagas, mejor conocido como cárcel de La Pica.
Según informaciones de prensa Romero informó que se están basando en las leyes militares para inculparlo y no en tribunales civiles, procedimiento que es ilegal. Es la Fiscalía Militar y no el Ministerio Público, el que tomará la decisión en el caso, de acuerdo al artículo 570 del Código Militar.
Dicho artículo refleja que: “Si el testigo se encontrare en la población donde el juez reside, podrá hacerlo comparecer librando orden para ello, la cual se extenderá en la misma forma que la cédula citatoria. Si el testigo estuviere impedido para comparecer, el juez le tomará su declaración en el sitio en que se encuentre”. Romero pidió respeto para sus comunidades y su raza. Aseguró que él, al igual que sus acompañantes, están cansados de las agresiones de los uniformados, razón que causó los hechos del pasado año.
Aparte de la orden de arresto contra Romero, cuatro capitanes más tienen orden de captura. Ellos son: Alberto Moreno, de Santa Teresa; Obel Yépez, de de la comunidad indígena Dechel; Norberto Pinto, capitán de Curun Gupay y Ramón Elías Mujica, de la sociedad Carum Kin.
La situación de Guayana pone de relieve el daño ambiental y antropológico producido por las políticas extractivistas promovidas por el Capital y el Estado, que dejan una estela de destrucción y contaminación insuperables. Por ello como anarquistas no creemos que la explotación mineral estatal ni privada sea una vía de desarrollo para la región, por el contrario apostamos por opciones como la agroecología y la permacultura, las colectividades voluntarias en pequeña escala y el decrecimiento, u otras más que sean plausibles para el espacio geográfico guayanés, los nichos ambientales que allí existen y la gente que los habita.
Apuntaremos finalmente que el pueblo Pemón nos ha demostrado, con los dichos y los hechos, lo que significa enfrentar con resolución a la violencia del Estado. Ayer fue a través del derribo pacífico de tendidos eléctricos; hoy esa acción de cerco y desarme nos reafirma lo que son capaces de hacer para defender su espacio de vida. Como anarquistas y luchadores sociales debemos aprender de las lecciones del presente para afrontar el futuro.
Libertad inmediata para Alexis Romero y los 4 indígenas detenidos por los militares venezolanos.
El Libertario
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