Con una gran marcha la sociedad civil y la dirigencia política de La
Guajira espera cambiar la decisión del Cerrejón de desviar el río
Ranchería en 26 kilómetros, como parte del proceso de expansión de la
empresa. Así se decidió después de una reunión donde participaron 21
organizaciones que decidieron que la manifestación sería en veinte días.
El Comité prodefensa del Río Ranchería y del Manantial de Cañaverales
organiza un frente común para oponerse a este proyecto y seguir creando
argumentos técnicos y políticos para que se pueda rebatir con mayor
propiedad las razones de la empresa carbonífera.
“La marcha del primero de mayo, evento conmemorativo de las luchas
obreras, debe ser un espacio que el Comité debe aprovechar para que
también sea una jornada de rechazo al desvío del rio”, dijeron los
miembros del Comité.
En el encuentro, en el que estuvo presente la Defensoría del Pueblo,
sindicatos, partidos políticos, organizaciones indígenas, concejales,
ediles, estudiantes y los Representantes a la Cámara de este
departamento, se concluyó que inicialmente se le enviará una carta al
presidente de la República, Juan Manuel Santos y al Cerrejón, exigiendo
el no desvío de la principal arteria marítima con que cuenta La Guajira,
por los perjuicios sociales, ambientales y económicos que esto traerá
para la región.
El Cerrejón ha anunciado la ampliación de la mina con el objetivo de
duplicar su producción anual, la cual llegará a unas 60 toneladas cada
año y teniendo en cuenta que bajo el Ranchería hay 500 millones de
toneladas del mineral, tendría necesariamente que desviar su cauce en su
trayecto por los municipios de Barrancas, Albania y Hatonuevo, según lo
ha informado en las socializaciones que lleva a cabo en estas regiones.
Los representantes a la Cámara Alfredo De Luque y Jimmy Sierra Palacio
coincidieron en que hay que realizar en el Congreso un gran foro de la
minería, que incluya este tema del desvío del río Ranchería. Deluque
mostró preocupación por las consultas previas que se están haciendo por
cuanto, considera que en las comunidades indígenas se carece de claridad
acerca de los efectos que pueda acarrear el desvío.
A pesar de las manifestaciones de rechazo, el presidente de la
carbonífera, quien asumió el cargo hace dos meses Roberto Junguito,
afirmó recién que es un proyecto que apenas está en proceso de
evaluación para establecer si es conveniente o no para la región y la
empresa. Indicó, además, que estudian otras alternativas para establecer
todos los impactos de carácter ambiental y comunitario que puedan
tener.
Por Sandra Guerrero Barriga
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