Los derechos de terceros impuesto por el Ministerio del Ambiente y representantes de los otros ministerio que forman parte de la Comisión de Demarcación de las Tierras y Hábitat Indígenas han dejado a los pueblos Yukpa y Barí sin tierra, más si sus representantes indígenas de turno aceptan firmar la Carta de Convivencia que la Ministra Yubirí Ortega ha anunciado públicamente como indispensable para la entrega de supuestos títulos de propiedad colectiva de sus tierras.
La mal llamada demarcación de tierras indígenas no ha servido para dotar a los indígenas de sus tierras Autodemarcadas sin para garantizar la propiedad privada de la tierra a los llamados terceros, por tanto la excepción de los derechos territoriales indígenas recae en los mismos indígenas sujetos de tal derecho, es decir pasan a sujetos beneficiados los invasores hacendados, así como los parceleros venezolanos, colombianos y wayuu ocupantes, los dueños de capitales mineros multinacionales de carbón y fosfatos y los refugiados y desplazados colombianos, entre otros.
Al exigírseles la ministra Ortega a los indígenas la firma de tales Cartas de Convivencia se le está planteando a estos líderes indígenas la negociación con el Estado gobierno de sus derechos territoriales. Se le está exigiendo, como en cualquier negocio gangsteril, que el otro, en este caso, los pueblos indígenas se haga un harakiri. Lo cual es un absurdo político porque ningún pueblo históricamente se ha hecho un haraquiri, nunca ha renunciado a pelear por sus derechos, lo que en verdad está haciendo la ingeniera Ortega es estirando la arruga, o sea posponiendo el conflictos y las movilizaciones por venir para otros momentos. .
Pero estos derechos de terceros defendidos en dicha comisión por el Ministerio del Ambiente y militares no existen, no son tales derechos de terceros, son los mismos derechos de los indígenas violados, y amenazados. Fueron estos llamados terceros los invasores a sus territorios ancestrales, son estos sectores lo que violaron a sangre y fuego los derechos territoriales y a la vida de los pueblos Yukpa y Barí. Lo que está proponiendo los militares y la Ministra Ortega es que este Gobierno oficialice la violación de los derechos territoriales de los pueblos indígenas de Venezuela.
Es una vulgar trampa la que se le pretende montar, no sólo a los indígenas, sino al mismo presidente Chávez, legalizado, con la entrega de títulos amañados la supuesta propiedad colectiva de tierras indígenas, la matanza y el despojo, y el sometimiento a los pueblos indígenas al renunciar a sus derechos, y la condena a estos pueblos amerindios de vivir hacinados por una parte en las montañas de la Sierra de Perijá, en su parque nacional, en la zona protectora de su piedemonte y zonas boscosas, y por otra, en las tierras planas, en los minúsculos espacios encerrados con alambres de púas entre miles de kilómetros de pastos verdes de las haciendas perijaneras producto de la llegada al país de las empresas transnacionales de petróleo y del genocidio ganadero.
Desde hace una semana como producto del ensamblaje de este macabro plan tanto la ministra de asuntos indígena Nicia Maldonado y la ministra Ortega como romería vienen presentándose en compañía de distintos ministros en algunas comunidades indígenas previamente seleccionadas, menos en las ubicadas en el río Yaza, prometiendo de todo menos tierra, a saber, escuelas, vivienda de bloque y zinc, carreteras, puentes, vacas, medicina, y más y más jornadas medicas y bolsas de comidas
Con un antropólogo que todo lo sabe y técnicos funcionarios por doquier se determina en reuniones desarmables bajo tiendas de campañas o toldos que va y que no va como desarrollo para tal o cual comunidad, garantizando así un acelerado urbanismo y aculturación pareja a lo largo y ancho de la Sierra de Perijá y de su piedemonte.
Epilépticos programas de corte asistencialcitas etnocidas sustituye la planificación científica. Nada de estudios previos y proyectos cuidadosos a las particularidades étnicas y respetuosas con las fragilidades de los ecosistemas montañosos y del piedemonte.
Con el pago a la mano de obra indígena para construir toda esta parafernalia de infraestructura, los nuevos cargos a caciques y destacados líderes, la peluquería, la entrega temporal de bolsas de comidas y una que otras medicinas debilitara la unidad indígena en la lucha por sus territorios autodemarcados.
Al dividir con dádivas a los líderes, viene de inmediato la desmovilización y con esto el aislamiento a la vanguardia que asoma como bandera la Autodemarcación y la recuperación ya sus territorios ancestrales invadidos por terceros.
Resultados se pospone para otro 12 de Octubre la entrega de los títulos de propiedad colectiva de tierras indígenas, y que la vanguardia indígena Yukpa rescatadora de sus tierras ancestrales se movilice al INTI a solicitar la medición, avalúos y pago de las bienhechurías a los ganaderos de las haciendas ocupadas Tizina, Kusare, Brasil, Paja Chiquita, Medellín, Maracay, Campo Alegre y Ceilán.
Se deja para otro día las palabras y el compromiso pronunciado por el Presidente Chávez en el Aló Presidente del domingo 24 de agosto de 2008 de comprarles las bienhechurías a los ganaderos y entregar esas tierras a los Yukpa, y que se demarque sus tierras. Está fue una orden publica al Ministro de Interior y Justicia, para aquel entonces Ramón Rodríguez Chacín y a la ministra del ambiente Yubiry Ortega. Una vez más los indígenas esperan y la palabra de un presidente traicionada.
Homo e Natura
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