Por Ollantay Itzamná*
- Dña. Margarita Choc, maya q’echí, con su niño de 6 meses en la espalda, tiene los ojos puestos en las puertas cerradas y vigiladas del Congreso de la República. Junto a otras decenas de miles de manifestantes (organizados en el Comité de Desarrollo Campesino, CODECA), espera pacientemente a que salga de dicho hemiciclo con algún mensaje positivo la comisión de portavoces de la masiva manifestación indígena campesina.
Ella, al igual que el resto de manifestantes, salió de su comunidad casi a la media noche del día anterior para arribar al amanecer a la ciudad de Guatemala. Con los aportes de los miembros de la comunidad en resistencia lograron contratar los buses que los trasladó. Sin desayuno, sin almuerzo, protestaron estas defensoras/es anónimos en las calles racializadas de la ciudad capital, el día miércoles 10 de febrero, ante la incomodidad de citadinos/as estresados.
Que se nacionalice la distribución de la energía eléctrica y el resto de servicios y bienes privatizados.
Que se respete y garantice los derechos fundamentales de trabajadores en las fincas agrícolas.
Convocan a la construcción de un proceso de Asamblea Constituyente Popular Plurinacional.
En la actualidad no se sabe con exactitud cuántos defensores comunitarios de derechos humanos se encuentran enjuiciados o encarcelados en total a nivel nacional.
En vísperas de esta manifestación popular masiva, en el Departamento de Quetzaltenango, fueron detenidas y ligadas a proceso dos defensoras comunitarias de derechos en contra de los abusos de las empresas telefonía. Dos defensores nacionales de CODECA, a la siguiente semana, en la ciudad de Huehuetenango, serán juzgados, en audiencia pública por defender el derecho a la energía eléctrica y exigir la nacionalización de este servicio.
Las comunidades en resistencia, libran una batalla desigual con la empresa distribuidora de electricidad (ENERGUATE) y todos los aparatos estatales y medios de información corporativa en su lucha por acceder a un servicio de energía eléctrica socialmente accesible. Cientos de comunidades, ante los permanentes abusos de la empresa y de los gobiernos municipales, se resisten pagar las facturas mensuales de electricidad desde hace algunos años atrás.
Guatemala es uno de los principal países productores de energía eléctrica en Centroamérica, pero es el país donde más caro cuesta la electricidad al consumidor final. La distribución de la electricidad para el área rural estuvo monopolizada por la corporación española UNIÓN FENOSA, luego por la inglesa ACTIS, y ahora, por la israelí POWER.
En el tema de derechos laborales, Guatemala ratificó todos los convenios internacionales de la OIT relativos al trabajo agrícola (menos el convenio nº 184), sin embargo, las y los jornaleros no reciben ni tan siquiera un salario básico para su alimentación.
El salario mínimo legal establecido (que casi todos finqueros incumplen) apenas cubre el 70% del costo de la canasta base alimentaria, y representa el 40% del costo de la canasta vital. En otras palabras, el ejército juvenil de jornaleros rurales está peor alimentado que el ejército de esclavos africanos durante la época Colonial. Si el salario básico legal no cubre el costo de la alimentación, mucho menos alcanza para la educación, salud, vivienda, etc.
Así, imposible que Guatemala progrese. Estas y otras razones son las que obligan a protestar en las calles a indígenas y campesinos auto organizados en resistencia. Sin cooperación financiera internacional, sin subsidios estatales. Apertrechados solo con sus capacidades auto organizativas y destellos de esperanza de otra Guatemala posible que los habita, se mantienen firmes y perseverantes en la lucha.
Sueñan en concretar un proceso de Asamblea Constituyente Popular Plurinacional (ascendente, amplio e incluyente) para crear una nueva Guatemala. Una verdadera tarea titánica, pero no imposible.
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*Ollantay Itzamná, indígena quechua. Acompaña a las organizaciones indígenas, activista y defensor reflexivo de los derechos humanos y de la Madre Tierra, Abogado, teólogo y antropólogo de formación en la ciencia occidental y sociales en la zona maya. Conoció el castellano a los diez años, cuando conoció la escuela, la carretera, la rueda, etc. Escribe desde hace 10 años no por dinero, sino a cambio de que sus reflexiones que son los aportes de muchos y muchas sin derecho a escribir “Solo nos dejen decir nuestra verdad”
- Dña. Margarita Choc, maya q’echí, con su niño de 6 meses en la espalda, tiene los ojos puestos en las puertas cerradas y vigiladas del Congreso de la República. Junto a otras decenas de miles de manifestantes (organizados en el Comité de Desarrollo Campesino, CODECA), espera pacientemente a que salga de dicho hemiciclo con algún mensaje positivo la comisión de portavoces de la masiva manifestación indígena campesina.
Ella, al igual que el resto de manifestantes, salió de su comunidad casi a la media noche del día anterior para arribar al amanecer a la ciudad de Guatemala. Con los aportes de los miembros de la comunidad en resistencia lograron contratar los buses que los trasladó. Sin desayuno, sin almuerzo, protestaron estas defensoras/es anónimos en las calles racializadas de la ciudad capital, el día miércoles 10 de febrero, ante la incomodidad de citadinos/as estresados.
¿Qué demandan estos empobrecidos y despojados sobrevivientes mayas?
Que pare la persecución a defensores/as comunitarios de derechos y cárcel para los empresarios, políticos y militares criminales.Que se nacionalice la distribución de la energía eléctrica y el resto de servicios y bienes privatizados.
Que se respete y garantice los derechos fundamentales de trabajadores en las fincas agrícolas.
Convocan a la construcción de un proceso de Asamblea Constituyente Popular Plurinacional.
En la actualidad no se sabe con exactitud cuántos defensores comunitarios de derechos humanos se encuentran enjuiciados o encarcelados en total a nivel nacional.
En vísperas de esta manifestación popular masiva, en el Departamento de Quetzaltenango, fueron detenidas y ligadas a proceso dos defensoras comunitarias de derechos en contra de los abusos de las empresas telefonía. Dos defensores nacionales de CODECA, a la siguiente semana, en la ciudad de Huehuetenango, serán juzgados, en audiencia pública por defender el derecho a la energía eléctrica y exigir la nacionalización de este servicio.
Las comunidades en resistencia, libran una batalla desigual con la empresa distribuidora de electricidad (ENERGUATE) y todos los aparatos estatales y medios de información corporativa en su lucha por acceder a un servicio de energía eléctrica socialmente accesible. Cientos de comunidades, ante los permanentes abusos de la empresa y de los gobiernos municipales, se resisten pagar las facturas mensuales de electricidad desde hace algunos años atrás.
Guatemala es uno de los principal países productores de energía eléctrica en Centroamérica, pero es el país donde más caro cuesta la electricidad al consumidor final. La distribución de la electricidad para el área rural estuvo monopolizada por la corporación española UNIÓN FENOSA, luego por la inglesa ACTIS, y ahora, por la israelí POWER.
En el tema de derechos laborales, Guatemala ratificó todos los convenios internacionales de la OIT relativos al trabajo agrícola (menos el convenio nº 184), sin embargo, las y los jornaleros no reciben ni tan siquiera un salario básico para su alimentación.
El salario mínimo legal establecido (que casi todos finqueros incumplen) apenas cubre el 70% del costo de la canasta base alimentaria, y representa el 40% del costo de la canasta vital. En otras palabras, el ejército juvenil de jornaleros rurales está peor alimentado que el ejército de esclavos africanos durante la época Colonial. Si el salario básico legal no cubre el costo de la alimentación, mucho menos alcanza para la educación, salud, vivienda, etc.
Así, imposible que Guatemala progrese. Estas y otras razones son las que obligan a protestar en las calles a indígenas y campesinos auto organizados en resistencia. Sin cooperación financiera internacional, sin subsidios estatales. Apertrechados solo con sus capacidades auto organizativas y destellos de esperanza de otra Guatemala posible que los habita, se mantienen firmes y perseverantes en la lucha.
Sueñan en concretar un proceso de Asamblea Constituyente Popular Plurinacional (ascendente, amplio e incluyente) para crear una nueva Guatemala. Una verdadera tarea titánica, pero no imposible.
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*Ollantay Itzamná, indígena quechua. Acompaña a las organizaciones indígenas, activista y defensor reflexivo de los derechos humanos y de la Madre Tierra, Abogado, teólogo y antropólogo de formación en la ciencia occidental y sociales en la zona maya. Conoció el castellano a los diez años, cuando conoció la escuela, la carretera, la rueda, etc. Escribe desde hace 10 años no por dinero, sino a cambio de que sus reflexiones que son los aportes de muchos y muchas sin derecho a escribir “Solo nos dejen decir nuestra verdad”
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