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1 jun 2011

Brasil: La presa de Belo Monte


Está prevista la construcción de una serie de enormes presas como elemento central del Programa de Aceleración del Crecimiento del Gobierno brasileño, que pretende estimular el crecimiento económico del país mediante la construcción de una enorme infraestructura de carreteras y presas, principalmente en la región del Amazonas.

El tamaño de estos proyectos amenaza con dañar o destruir amplias superficies de tierra, de las que dependen para su supervivencia numerosos pueblos indígenas, incluidos varios grupos de indígenas no contactados extremadamente vulnerables.

La presa de Belo Monte es un claro ejemplo.

El Gobierno brasileño prevé la construcción de la gran presa de Belo Monte en el río Xingú de la Amazonia.

La presa, que sería la tercera más grande del mundo, anegaría una extensa área de tierra, desecaría partes del río Xingú, destruiría la selva y reduciría las reservas de peces imprescindibles para la supervivencia de distintos pueblos indígenas de la zona, como los kayapó, arara, juruna, araweté, xikrin, asurini y parakanã.

Además, la presa destruiría los medios de vida de miles de indígenas que dependen de la selva y del río para obtener agua y alimentos.

La afluencia de inmigrantes a la zona durante la construcción de la presa amenaza con introducir violencia en la zona y contagiar enfermedades a estos indígenas, de forma que se ponga en riesgo sus vidas.

El departamento de asuntos indígenas del Gobierno Brasileño, la FUNAI, ha afirmado que podría haber algunos indígenas no contactados en las cercanías de la presa. Para estos indígenas el riesgo sería mayor, pues tienen muy poca resistencia frente a enfermedades del exterior que podrían ser mortales para ellos.

Los indígenas kayapó y otros pueblos indígenas de la zona llevan protestando contra la presa desde que su construcción se propuso inicialmente en los años ochenta.

En una carta dirigida al presidente Lula da Silva, los kayapó declaran lo siguiente: “No queremos que esta presa destruya los ecosistemas y la biodiversidad que nosotros hemos cuidado durante milenios, y que aún podemos preservar”.

Los indígenas afirman que se opondrán a la presa por todos los medios y que, si la construcción prosigue, el río Xingú se convertirá en un río de sangre.

La Oficina del Fiscal General, junto con numerosas organizaciones locales e internacionales, ha pedido que se suspenda la licencia, alegando que los estudios de impacto medioambiental estaban incompletos y que los indígenas y demás personas que se verán afectadas no han sido debidamente consultadas.

El mundo debe saber lo que está ocurriendo aquí, debe comprender que destruir las selvas y a los pueblos indígenas destruye el mundo entero.Líderes indígenas kayapó


Si la construcción de esta presa sigue adelante miles de personas perderán sus hogares, su sustento de vida y sus vidas. Los pueblos indígenas necesitan sus tierras para sobrevivir y, al haberlas habitado durante siglos, guardan un profundo vínculo espiritual con ellas.

Ninguna suma monetaria o medida de compensación podrá reemplazar sus tierras ancestrales.

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