Denuncia Pública
La organización Homo et Natura, la Organización Cultural Wolunka Susi, y el Movimiento Fuerza de Mujeres Wayuu – Sütsüin Jiyeyu Wayuu (FMW-SJW), hacen un llamado urgente a las organizaciones y los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, para que sea garantizada la atención a la docente intercultural Marelba Gonzñalez Palmar, quien fue víctima de los hechos que se narran a continuación, los cuales evidencian que el Ejército venezolano opera bajo principios que promueven la discriminación, el racismo y hasta la “wayuufobia” (odio a las y los Wayuu), lo que a su vez exacerba la violencia en contra de las mujeres indígenas.
Las organizaciones que hacemos esta denuncia, solicitamos que de manera
inmediata y urgente, y que teniendo en cuenta la perspectiva diferencial
para este caso, ya que la víctima es una mujer indígena, se de
cumplimiento al Artículo 2.1. de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (Venezuela), que reza: “Garantizar
a todas las mujeres, el ejercicio efectivo de sus derechos exigibles
ante los órganos y entes de la administración pública, y asegurar un
acceso rápido, transparente y eficaz a los servicios establecidos al
efecto”; de igual manera, las organizaciones denunciantes
solicitamos que se haga efectivo el Articulo 2.9. de la Ley en mención
en aras de: “Establecer y fortalecer medidas de seguridad y
protección, y medidas cautelares que garanticen los derechos
protegidos (de la Ley en mención) y la protección personal, física,
emocional, laboral y patrimonial de la mujer víctima de violencia de
género”, que en este caso es Marelba González Palmar quien haya
sufrido graves traumatismos físicos, emocionales y culturales en su
contra, y quien necesita ser atendida adecuadamente y protegida de
retaliaciones que pudieran presentarse en su contra por elevar y hacer
pública esta denuncia.
H E C H O S
Los hechos narrados a continuación fueron relatados por la víctima
que responde al nombre de Marelba González Palmar, mujer Wayuu del Clan
Epieyu, docente Intercultural Bilingüe del pueblo Wayuu.

Decidí que nos fuéramos del sitio y así lo hicimos. Nos dirigimos en la
vía hacia Toro Sentado, centro cultural y recreativo muy conocido en la
zona, eran la 01:40am, nos alcanzaron los tres sargentos Morales, Pérez
y García. María Alejandra se puso a discutir con García, no me gusto
esa situación y decidí irme a mi casa que esta en la misma vía de Toro
sentado, sentí miedo en un principio al caminar sola a esas horas de la
noche, pero como he vivido toda mi vida en el sector y todos nos
conocemos, decidí seguir, los perros ladraban mucho, al llegar al portón
de mi casa me di cuenta al voltearme que se hallaba un hombre que me
miraba fijamente, estaba sentado en la acera del frente de mi casa,
sentí miedo y trataba de abrir el portón rápidamente y del nervio le
dije “Señor siga su camino”.

Así lo hicimos a las 03:00am, llegamos a la sede de la brigada, allí
nos recibió un Oficial del cual no recuerdo su nombre quien nos indicó
al entregarles al sargento, firmar en un libro una especia de acta y que
volviéramos a la mañana siguiente a las 08:00am. Mientras tanto el
Sargento gritaba diciéndome que yo era una loca y que me había caído.
A las 4 de la madrugada me llevó mi hermano y mi mamá al C. D. I de
Paraguaipoa a curarme las heridas, camino a mi casa veo a mi amiga
Maira Alejandra con el Sargento Pérez González, fui hacia ella para que
me viera en el estado que me había dejado su amigo García, llorando,
desesperada, le implore su ayuda, su apoyo, ella no supo que
responderme. Seguí camino a casa junto a mi mamá y hermano. En la
mañana del 28 de diciembre de 2012, a las 08:00am, tal como me había
indicado el oficial me dirigí de nuevo a la 13 brigada, para saber que
había pasado con mi caso. En este momento me recibió el Teniente Nava
quien me ayudó a redactar la denuncia en su computador,( tengo copia de
recibido) prometiéndome que me atendería el caso y que en ese momento me
fuera a mi casa porque en la tarde me llamaría a darme respuestas.
Así lo hice y A las 11:00am de ese mismo día recibí una llamada del
Teniente Nava quien me dice debía ir de inmediato a la brigada porque
iba a ser trasladada a Maracaibo en un transporte del ejército para
formalizar la denuncia. Salí corriendo de mi casa, tenía el ojo rojo e
hinchado, me dolía mucho pero quería hacer valer mi derecho como mujer,
así que me fui de inmediato. Llegando a la Brigada nadie me supo dar
respuestas, me indicaron que debía esperar al Coronel Pedro Asael Pérez
Ravelo ya que él es el encargado de esa brigada y debía dar las
respuesta ante la denuncias hacia su personal, me quede esperando varias
horas y nunca pude hablar con él. Al ver que nadie me daba respuestas,
me estaba llenado de impotencia y entre 12:00 y 1:00pm me dirigí a la
oficina del CICPC de la guajira, allí no me quisieron recibir la
denuncia argumentando que los casos de violencia que suceden entre
militares y civiles en la guajira no proceden por esta entidad, ya que
los militares tienen el poder, que me dirigiera a Maracaibo para así
obtener alguna respuesta.
Me dio mucha rabia lo que me dijeron por lo que seguí buscando apoyo, en
este caso como a las 03:00pm me dirigí a la Policía del Municipio Mara,
aquí cordialmente me recibieron la denuncia, me atendieron como una
mujer victima de violencia. Los funcionarios de este cuerpo policial me
tomaron varias fotografías que evidencian el maltrato físico en mi
cuerpo y redactaron la denuncia de manera formal. Me indicaron que la
remitirían a la fiscalía 18 del municipio y me indicaron una orden para
medicatura forense.
Hoy 29 me dirigí a medicatura forense a las 7am y esta se encontraba
cerrada hasta el miércoles 2 de enero 2013, una amiga fiscal del
Ministerio Publico me recomendó ir a la primera división de infantería
en Maracaibo ya que es el órgano rector de todas las brigadas militares y
realizará la denuncia allá. Lamentablemente a ellos no les interesa ni
escuchar lo que debía decir, no me dejaron entrar a hablar con nadie y
solo me dijeron que acudiera a la Fiscalía.
Mi fuerza en seguir era dada por las heridas abiertas que aún tengo en
la frente, no paré, seguí y fui de Maracaibo al Municipio Mara a la
Fiscalía en busca de respuesta y la aprehensión de este criminal. Cuando
llegue a la Fiscalía en Mara se encontraba cerrada. Tuve que volver a
la sede de la Policía, alrededor de 02:30pm, donde me enteré que mi
expediente aún no había sido remitido al fiscal, me indicaron que
volviera el día miércoles 2 de enero 2013 que a partir de allí la
fiscalía tomaría directamente mi caso.
Ya no sé que hacer, volví a mi casa decepcionada, con un dolor mas agudo
en el ojo, con una gran impotencia me pregunto ¿Cómo es posible que los
órganos públicos que atienden este tipo de caso estén cerrados?
Mientras tanto que pasa con nosotros, qué pasa con nuestros derechos? Se
sabe que estamos en Navidad pero también es muy sabido que en estas
fechas existe un mayor numero de casos delictivos y de violencia ¿Qué
pasa con ese Funcionario Militar que atenta a la vulnerabilidad de una
mujer? ¿Qué pasa con ese funcionario que se vale de su uniforme para
delinquir y maltratar? hasta cuando? ¿Hasta cuando el ejercito, la
guardia nacional atenta contra la dignidad humana en territorio wayuu?
Exijo que el Coronel Pedro Asael Pérez Ravelo se pronuncie
públicamente al respecto, que nos enseñen al agresor, que nos expliquen
donde lo tienen, que van hacer con él. Pido protección para mi persona y
mi familia, sé que una vez esto salga a la luz pública, no solo me
expongo al escarnio público sino que eso tendrá como C
consecuencia actos violentos en mi con contra.
Por último ruego a todas las personas y funcionarios, comunicadores que
lean este documento que no mezclen la política en esto, no se trata de
ser del oficialismo o de la oposición, se trata de ver mas allá de eso,
se trata de entender mi sufrimiento y mi situación que ninguno esta
salvo a que le suceda.”
Wounmainkat, Venezuela
3 de enero de 2013
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