Desde Bagua hasta Sarayaku, pasando por Molleturo y Dayuma, los pueblos indígenas y colectivos campesinos han mantenido posiciones encontradas con los modelos desarrollistas, siempre resistencia, siempre represión.
Los argumentos para lograr el desarrollo en cada nación están ligados a la intervención del estado sobre los recursos naturales no renovables, a la concesión de territorios para explotar minerales metálicos y petróleo a través de empresas transnacionales. Con diferente tono pero con el mismo contenido y objetivo, los gobiernos parecen estar dispuestos a sacrificar a grupos minoritarios. En el caso de Bagua, lo movilización involucró a miles de indígenas en defensa de la tierra y la vida.
Sarayaku, pueblo de la amazonia ecuatoriana, ha sido uno de los casos más representativos de resistencia frente a la actividad petrolera, mujeres y ancianos fueron los responsables, la presión del estado sobre las comunidades fue evidente militarizando esta zona, en la actualidad se mantiene una postura de intervención a este territorio por parte del ministerio de minas y petróleo.
Podemos convertirnos en un país minero, como una oportunidad, así al menos es como se entiende el mensaje del modelo desarrollista, sin consulta previa ni consentimiento, todo para salir de la pobreza. Varios intentos de intervención minera con empresas transnacionales se han dado en diferentes zonas del sur y norte de Ecuador, las protestas han derivado en enjuiciamiento a dirigentes por parte del estado, criminalizando la protesta social, oposición y mas oposición se ha evidenciado a este proceso extractivista.
En la región norte de la amazonia ecuatoriana, donde ocurrió el caso Dayuma, se desarrolla una fuerte prospección sísmica en busca de petróleo, más de mil kilómetros cuadrados se han intervenido, el estado ecológico del ambiente se deteriora. Más al este de esta mismo zona, a la frontera con Perú, el estado propone dejar el petróleo bajo tierra, un territorio conocido como “ITT”, es una parte de un área natural protegida conocida como el “Yasuni”, el objetivo es conservar la biodiversidad, respetar los derechos a la vida de poblaciones no contactadas, etc. Paralelamente a estas dos zonas, en el Río Napo, se está consolidando el proyecto modelo gobiernista “una hidrovía”, que unirá el comercio de Brasil y Ecuador, pasando por Perú y Colombia, lo que desencadenara una perdida acelerada de la biodiversidad acuática, de los recursos naturales y de las culturas ancestrales.
En Perú y Ecuador, los pueblos indígenas y comunidades de campesinos, como colectivos sociales, donde se ejerce una democracia directa, los casos de violación a los derechos humanos se han repetido en cada proceso de resistencia, en Perú una masacre.
Delfín Ordóñez.
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