Para esta II Cumbre a realizarse en VILLAVICENCIO, Departamento del Meta - Colombia,
del 13 al 15 de diciembre, los pueblos indígenas de los 9 países de la
Cuenca Amazónica y sus organizaciones representativas, caminan juntos
por la defensa de la diversidad y la selva con todas sus inmensas
riquezas: biológicas, naturales y culturales.
Información principal del II Cumbre Regional Amazónica
Lugar y fecha: VILLAVICENCIO, Departamento del Meta - Colombia, del 13 al 15 de diciembre de 2013.
Organizan
y Convocan: organizaciones indígenas de los 9 países que conforman la
Coordinadora de organizaciones indígenas de la Cuenca Amazónica; COICA y
como Anfitriona la Organización de los pueblos indígenas de la Amazonía
colombiana, OPIAC, les da la más calurosa bienvenida.
Para
esta II Cumbre los pueblos indígenas de los nueve (9) países de la
Cuenca Amazónica y sus organizaciones representativas, caminan juntos
por la defensa de la diversidad y la selva con todas sus inmensas
riquezas: biológicas, naturales y culturales; por ello el objetivo de
esta II Cumbre se centra en anteponer la Vida Plena Amazónica frente al
Desarrollismo y el IIRSA, megaproyecto de gran calado y amenaza
inminente para los pueblos indígenas y las formas de vida en la
Amazonía.
Contexto: Vida Plena Amazónica frente al Desarrollismo y el IIRSA
De las
1000 millones de hectáreas amazónicas, ocupamos alrededor del 30% de la
Amazonía en estado pristino con 170 millones de hectáreas de bosques
tituladas y pendientes por titular más de 100 millones de hectáreas, que
son de nuestra pertenencia ancestral porque la hemos cuidado por miles
de años y, en apenas 200 años las empresas transnacionales y los Estados
la están destruyendo a ritmo acelerado y, como consecuencia está
amenazada la vida y la sobrevivencia indígena y la de la naturaleza y la
de la humanidad. Por ello como pueblos y organizaciones hermanas hemos
pasado de la resistencia pacífica a la protesta pacífica, y de ella a la
propuesta para nuestra Continuidad.
En 30
años los 3 millones indígenas amazónicos, logramos una novedosa y
potente red organizativa expresada en la COICA y basada en los
territorios de más de 5000 comunidades, articuladas en más de 200
organizaciones locales y éstas, a su vez, en 9 confederaciones
nacionales en sus respectivos países así: Organización de pueblos
indígenas de la Amazonía colombiana, OPIAC; Coordenação das Organizações
Indígenas da Amazônia Brasileira, COIAB; Confederación de pueblos
indígenas de Bolivia, CIDOB; Asociación Interétnica de Desarrollo Selva
Peruana, AIDESEP; Confederación de Nacionalidades Indígenas de la
Amazonia Ecuatoriana, CONFENIAE; Organización Regional de Pueblos
Indígenas del Amazonas Venezolana, ORPIA; Amerindian Peoples Asociation
de Guyana, APA; Federation des Organisations Autochtones de Guyane
(Guyana Francesa), FOAG y, Organization of the Indigenous Peoples in
Suriname, OIS.
Vivimos
tiempos oscuros y decisivos en Amazonía. Son crecientes, impredecibles e
indetenibles las gigantescas inundaciones, intensas sequías, los
incontrolables incendios forestales, gigantescas represas,
supercarreteras que destrozan todo el ecosistema y atraen invasiones
masivas de colonos y contaminación por causa de los metales pesados de
los pozos y oleoductos, la remoción de riberas y contaminación eterna
con mercurio y arsénico de la minería, las mafias de tala ilegal de
bosques, la expansión de la palma aceitera, los biocombustibles y la
agroindustria, expansión de monocultivos, la biopiratería y la avalancha
de piratas del carbono que aprovechan la complicidad estatal con la
ilusión de un “mercado privado de carbono”.
Todo
esto está conectado y potenciado por la “Iniciativa de Integración
Regional Sudamericana” (IIRSA) con más de 500 megaproyectos y fondos de
más de $ 70,000 millones impulsados por el Banco Nacional de Desarrollo
del Brasil (BNDES) y otros bancos y capitales del ‘desarrollismo’. Y
todo ello nos confirma que detrás de la crisis climática está la crisis
territorial; porque la selva, sus bosques, ríos y ecosistemas están
agredidos diariamente, desde “abajo” (desarrollismo extractivista) y
desde “arriba” (calentamiento global). Por eso hay crisis climática,
pero no solo se trata de CO2 y atmósfera, detrás de ello está la
destrucción territorial Amazónica, que además pasa por encima de la
posesión ancestral o los títulos legales que poseen nuestros pueblos,
así como los ribereños, quilombolas, palenques, shiringueiros y otros
movimientos populares.
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