foto: Diógenes Rabello / Hijos de la Tierra
Desinformémonos I
La política “xenófoba y agresiva contra México” de Trump ha puesto en
alerta a los pueblos originarios de Estados Unidos y México, quienes
declararon que “no habrá muro”. La lucha de los pueblos indígenas se
suma de ambos lados de la frontera, y en Cuetzalan, en la Sierra Norte
de Puebla, con la presencia de representantes de los pueblos indígenas
de Nuevo México y Dakota, ratifican la defensa de sus tierras y
territorios.
Tohono
O’odham, Sioux y diversas tribus indígenas están en contra de las
políticas de Donald Trump y prometen llegar hasta las últimas
consecuencias en defensa de su territorio.
La tribu
Sioux de Standing Rock y sus defensores han hecho la promesa de resistir
la orden ejecutiva de Donald Trump que autoriza la construcción de un
oleoducto en Dakota y piensan impulsar medidas legales, llamar a la
desobediencia civil e instalar un campamento de resistencia para
proteger el agua del río.
“El
presidente Trump tiene la obligación legal de respetar los derechos que
nos reconocen los tratados y garantizar que todo el proceso para la
construcción del o leoducto sea justo y razonable”, explica el jefe de
la tribu Sioux de Standing Rock, Dave Archambault.
Otros han
prometido que expresarán su solidaridad con protestas a lo largo y ancho
del país. “Necesitamos un movimiento masivo de desobediencia civil y
que los ciudadanos expresen su solidaridad con Standing Rock”, explica
Kandi Mossett, miembro de las tribus Mandan, Hidatsa y Arikara.

“La administración Trump está provocando una revolución que nos hará más fuertes que nunca”.
Los pueblos
Sioux ya enfrentaron a la administración demócrata de Barack Obama, al
que calificaban como “el señor de los drones y las guerras”. Los Sioux
junto a los pueblos Mdewakanton Dakota y Dine lograron una victoria en
2016 cuando consiguieron cancelar el decreto de Obama para construir un
oleoducto en Dakota. Sin embargo, Trump decidió revivir el mes pasado el
decreto con el que se aprueba la construcción de esta obra que
consideran depredadora del medio ambiente y destructiva para su hábitat
milenario.
Ahora, los
Sioux rechazan nuevamente la medida e hicieron un llamado a la
movilización, no sólo contra este oleoducto sino también contra el “muro
fronteriz” que Donald Trump pretende construir.
La tribu
Tohono O’odham, de Arizona que controla más de un millón de hectáreas
colindantes en parte con México, expresó su rechazo absoluto al muro que
pretende construir Trump porque va contra sus costumbres ancestrales.
Esta
“nación” tiene actualmente 28 mil nativos y antes del Tratado
Guadalupe-Hidalgo que en el siglo XIX provocó la pérdida de más de la
mitad del territorio mexicano a manos estadounidenses, los Tohono
O’odham se desplazaban libremente entre los estados de Sonora y Arizona.
Ahora, denunciaron que la policía migratoria estadounidense ha desatado
una guerra en contra suya, por lo que advirtieron que se movilizarán
contra el muro que quiere construirse en la frontera.
La Tribu
Yaqui comparte territorio en el estado de Sonora en México y en Arizona,
en Estados Unidos. En 1978 también fue reconocida como nación y han
manifestado su respaldo al movimiento “antimuro”. “Sobre mi cadáver”, es
una de las consignas de las tribus de la frontera que comparten
territorio con México. ”Divide nuestra tierra ancestral y a las familias
que han transitado libremente desde antes de que se dibujara la línea
fronteriza”.
“Nosotros
llegamos antes que las naciones y las fronteras nos dividen”, señaló un
dirigente indígena luego de que Trump insultó a miembros de la tribu
Hopi con el título de “Pocahontas”.
Contra el
gobierno de Donald Trump, el muro, las deportaciones forzosas y más
políticas xenófobas los trabajadores mexicanos y de los Estados Unidos
deben unificar sus reclamos a los de los pueblos Sioux y Tohono O’odham.
Abajo el muro construir la resistencia con los trabajadores, los
pueblos indígenas, las mujeres en ambos lados de la frontera.

De Standing Rock a la Sierra Norte de Puebla: pueblos indígenas se unen en la defensa del territorio
Los pueblos
campesinos, indígenas y mestizos de la Sierra Nororiente de Puebla han
demostrado, una vez más, su capacidad de organización y
autodeterminación.
Como ya es
costumbre en esta región, cada dos meses, y ahora fue el día 18 de
febrero, cientos de personas que llegaron de 173 pueblos y 16 municipios
se reunieron en la 18ª Asamblea en Defensa del Territorio para
reafirmar el poder decidir sobre sus vidas y el destino de sus territorios.
El encuentro
se desarrolló en la cabecera municipal de Cuetzalan, donde sus
habitantes llevan a cabo una importante lucha contra la imposición de
una subestación eléctrica y líneas de alta tensión, cuya instalación
están destinadas a favorecer a los megaproyectos mineros, el fracking y
las hidroeléctricas en la región según lo ha informado el portal Hijos
de la Tierra.
En la suma
de luchas de los movimientos sociales estuvieron presentes
representantes del Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre
Tierra, de la comunidad de San Francisco Xochicuautla, la comunidad maya
de Hopelchén, Campeche que lucha contra la siembra de transgénicos,
estudiantes de las escuelas normales rurales, madres de Ayotzinapa y dos
representantes de los pueblos nativos de Nuevo México y Dakota del Sur,
en Estados Unidos, quienes se organizan y defienden su territorio y los
ríos de Standing Rock contra el oleoducto “Dakota Acces” impulsado
nuevamente por Donald Trump.
Al encuentro
estaban invitados la presidencia municipal de Cuetzalan y
representantes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que
dieran información acerca del motivo y
objetivos del proyecto eléctrico que pretenden desarrollar en el lugar.
Sin embargo, no se presentaron por lo que la asamblea decidió seguir
deteniendo las obras y mantener el campamento instalado desde el mes de
noviembre.



con información de Hijos de la Tierra y Agencias.
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