Manifestantes
indígenas vestidos en indumentaria tradicional se enfrentaron el martes
con la policía montada en la capital de Brasil, lo que derivó en que un
agente quedara herido por una flecha y se cancelara una ceremonia para
inaugurar la exhibición del trofeo de la Copa del Mundo.
En
enfrentamientos transmitidos en vivo por televisión, la policía
antimotines lanzó gas lacrimógeno contra pequeños grupos de
manifestantes a medida que se acercaban al nuevo estadio de Brasilia en
el que se disputarán algunos partidos del Mundial. Fue posible ver a
algunos de los inconformes que recogían las latas de gas y las arrojaban
de nuevo contra los oficiales, junto con piedras y trozos de madera.
Algunos
de los manifestantes llegaron armados con arcos y flechas, y lanzaron
algunas contra la policía montada, una de las cuales alcanzó a un agente
en una pierna. Fue necesario operarlo para extraérsela, informaron las
autoridades.
Grupos activistas le
dijeron al periódico Globo que cuando menos dos indígenas también
resultaron heridos, aunque no está claro cómo ocurrió ni su estado de
salud.
Los enfrentamientos, en los
que participaron unos 300 manifestantes, concluyeron al anochecer. Pero
la violencia obligó a las autoridades a cancelar una ceremonia frente al
estadio de Brasilia en la que se iba a exhibir el trofeo de la Copa del
Mundo.
Los activistas indígenas
estaban allí para quejarse por una ley en el Congreso que amenaza con
reducir el tamaño de algunas reservas para los grupos autóctonos.
Se
les unieron otros pequeños grupos que protestan contra el hecho de que
Brasil sea anfitrión del Mundial. Muchos brasileños están enfurecidos
por los miles de millones de dólares que están siendo invertidos en el
torneo, ya que consideran que ese dinero debería haber sido empleado en
mejorar los deficientes servicios públicos del país.
Ha
habido protestas casi a diario en Brasil en las semanas previas al
Mundial, que comienza el 12 de junio. El año pasado, enormes
manifestaciones antigubernamentales se llevaron a cabo en decenas de
ciudades durante la Copa Confederaciones, un torneo considerado de
preparación para la Copa del Mundo.
Las
protestas recientes han sido de mucho menor tamaño que las del año
pasado, en las que un total de un millón de personas salieron a las
calles en varias partes de Brasil en una sola noche.
En
otro suceso el martes, unos 500 profesores se manifestaron
pacíficamente en una importante avenida de Sao Paulo, la ciudad más
grande de Sudamérica. Los maestros llevan aproximadamente un mes en
huelga en demanda de mejores salarios.
AP.-
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