El Fiscal Víctor Valbuena acompañó la comisión Mixta de EJ, GN y Disip La violencia del Estado contra el pueblo Yukpa, ha desbordado sus dimisiones, es crimen, es maldad, es el odio desmedido contra un pueblo que debe pagar la osadía de negarse a abandonar sus aspiraciones de reivindicación al territorio perdido.
Al oscurecer la tarde un exceso de convoyes entró a la comunidad del cacique Yukpa Sabino Romero Izarra, con la intensión presumimos de practicar un allanamiento, el despliegue combinado de efectivos del Ejército, Guardia Nacional, Disip estuvo irónicamente acompañado por el Fiscal Víctor Valbuena. El mismo que se renunció al abuso militar y dejó que Sabino fuera Sacado del Hospital Coromoto y encerrado en un Hospital Militar.
El terror de los familiares de Sabino y su gente los obligó a internarse al monte ante la arremetida violenta. Los portones de la entrada de la comunidad paredes y puertas de los ranchos fueron arrancados, toda la comida y sus pobres pertenecías fueron lanzadas al suelo. De nuevo, niños, mujeres y ancianos deben padecer la tortura de una violencia latente que mantiene las almas de estos seres en una agonía eterna. Ya no es violencia es odio contra los pueblos indígenas. Es xenofobia, reconcor institucional. Pasarán la noche internos en el monte hasta que la luz de la mañana les devuelva la seguridad de volver a sus ranchos.
Es intolerable es inadmisible tanta miseria. Es el tener que aborrecer a este Estado vil y todas las instituciones que lo componen. Es la tristeza y la lástima por la patria.
Hoy cuando creíamos que el haber logrado forzar públicamente a las autoridades del Hospital Militar de Maracaibo a romper el asilamiento que violaba a Sabino Romero ya su familia abaleada, todo derecho civil, y todos sus derechos reconocidos como indígena; era una esperanza de justicia, obligada, pero justicia. La basura vuelve a derramarse sobre la imagen de este Estado. En medio de las oscuridad y ante la amenaza de las grandes botas y los fusiles miserables, los niños de chaktapa dormirán en el monte, seguramente llorando, con miedo, pues la seguridad que su cacique había construido durante años exponiendo siempre y primero su cuerpo, su vida, no estará esta noche con ellos, pues está vilmente preso pagando el precio de luchar por la justicia, por las ideas. Preso por unos idiotas poderosos, que jamás llegaran a ser siquiera parecidos a él.
Habrán ido a sembrar lo que les falta de evidencia para sacar a Sabino del medio, no pueden matarle, entonces le construyen la cárcel.
Maldito el Soldado Maldito el Fiscal Malditos los medios que no sólo callan la verdad, sino que construyen la mentira Maldito el Funcionario que no arriesga su cargo. Sociedad Homo et Natura
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