La identificación del Estado con la nación no
coincide con la realidad…
(David Bondia García, 2011)
Han asesinado al
Yukpa Alexander Fernández y el Estado-nación venezolano sigue ausente.
Al igual que con
otros dirigentes campesinos y obreros del país, la buena legislación ya no es
suficiente para limitar los asesinatos en contra de los representantes del
movimiento popular en Venezuela, únicos sujetos de los derechos reconocidos en
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).
El sicariato
hace de las suyas y el Estado-nación mira impávido ver caer los muertos. A
falta de Estado emerge el paraestado. Y a falta de instituciones la
parapolítica.
La parapolítica
es la principal forma de hacer política del funcionariado burócrata de la
quinta que viste el mismo traje de la cuarta. El Estado-nación ausente,
invisible en el tiempo de las instituciones y del derecho, crea las condiciones
para que la impunidad vuelva por sus fueros.
El Estado
multicultural por construir da paso a la persistencia del Estado liberal.
Miremos las lecciones del Paraguay.
Qué paradoja es
esa que un Contrato Social (CRBV) con un excelente catálogo de derechos no sea
suficiente, ya no sólo para achicar los ritmos entre el reconocimiento y el
ejercicio del derecho, sino sobre todo, para evitar esta vez las masacres en
contra de los pueblos indígenas del país.
El Estado-nación
venezolano concedió derechos indígenas pero ya tiene sus muertos. El Ministerio
del Poder Popular para los Pueblos Indígenas ya tiene varios muertos yukpas en
su haber. ¿Cuántos más para demarcar? ¿Cuántos más para declarar los autos de
apertura de los expedientes de demarcación? ¿Cuántos más para reconocer y
validar la autodemarcación?
Ha muerto el
Yukpa Alexander Fernández y el Estado-nación ausente sigue permitiendo, en su
agonía, genocidios silenciosos...
Vladimir Aguilar Castro
Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas
(GTAI)
Universidad de Los Andes
Mérida
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