- En la retórica de la intelectualidad se asume que los pueblos indígenas u originarios de Abya Yala, y del resto del mundo, tenemos únicamente cosmovisiones y Occidente tiene filosofía.
Es muy común oír a indígenas (profesionales o no) repetir con aires de orgullo sobre la cosmovisión de sus pueblos, como la máxima construcción intelectual y espiritual de sus ancestros. Pero, ¿sabrán para qué y quiénes acuñaron el concepto de cosmovisión? ¿Sabrán que al asumir/apropiarse de tal constructo “naturalizan” el racismo integral que tanto nos daña?
Según Dilthey, Schelling, Heidegger, Kierkegaard, Hegel, entre otros, la cosmovisión es la forma primaria (preteórica) de ordenar y explicar el mundo, hecho por un grupo cultural, sin mayor abstracción teórica. La filosofía, en cambio, es la explicación profunda y amplia de la realidad total. Es la abstracción teórica y metafísica para responder a las preguntas trascendentales que inquieta a la humanidad.
Por eso Heidegeer, a inicios del siglo XX, dirá: “La cosmovisión expone fenómenos ajenos a la filosofía”. Y en el mejor de los casos, la cosmovisión formaría parte del quehacer filosófico primario al intentar responder, de manera elemental/limitada, a las inquietudes humanas.
Está claro que la cosmovisión (según sus acuñadores) no tiene categoría de filosofía por ser un “esfuerzo” elemental. Es decir, los pueblos atrasados o inferiores tienen cosmovisión (visión casi mágica de su realidad). Los pueblos avanzados o superiores construyen filosofía (cuentan con la razón y la voluntad para teorizar y abstraer la realidad).
¿Por qué los alemanes acuñaron esta idea a finales del siglo XIX? En el fondo fue con la finalidad de justificar lo que Hegel y otros ya habían afirmado antes: “La supuesta superioridad mental, espiritual y cultural de ellos sobre el resto de los pueblos”. De allí se asume que ellos, por estar habitados por un espíritu humano superior, tienen filosofía, y el resto (pueblos inferiores/atrasados) tenemos únicamente cosmovisiones.
En las facultades de filosofía occidental se enseña que la sociogénesis de la filosofía se encuentra en los pueblos griegos del siglo IV aC. Estos pueblos de navegantes, rodeados de aguas marinas, registraron sus preguntas y respuestas a sus inquietudes existenciales (condicionados por su época, geografía y demás circunstancias), y los europeos los asumieron como la base de su civilización.
Desde entonces, la academia occidental, y cuantos se esfuerzan por ser reconocidos como académicos, divulgan las preguntas y respuestas de los griegos del siglo IV aC. como la única verdad filosófica universal, capaz de explicar y organizar la realidad.
Es importante indicar que en los escritos griegos, phylosophia (amor a la sabiduría) construida por comunidades, bajo la guía de sabios/as, tenía una perspectiva integral/holística sobre la realidad. Poesía, mitología, teogonía, matemática, astronomía, ética, política, metafísica, etc., constituían dicha filosofía.
Fue en el transcurso del tiempo que Europa seleccionó únicamente las “teorías abstractas” griegas como filosofía, y censuró el resto de los documentos como simple “literatura”. Allí nació la racionalidad lineal y fragmentaria, que luego dará origen a la “razón lineal” occidental. Es decir, a la filosofía como conocemos actualmente. Los griegos de aquel entonces jamás imaginaron en la universalización de su pensamiento.
Los pueblos indígenas tenemos filosofías, no cosmovisiones
Mayas, aztecas, chipchas, quechuas, aymaras, guaraníes, mapuches, etc., tenemos nuestras propias filosofías con las que comprendemos y explicamos nuestras realidades. Y, existen tantas filosofías como pueblos o civilización coexistimos en el planeta.Quien asuma que existe una única filosofía (la occidental) y cosmovisiones, no hace más que externalizar el racismo mental y espiritual que lo habita. Y si algún aborigen o indomestizo asume el pensamiento/espiritualidad/ritualidad de sus ancestros como cosmovisión, por ignorancia o por mal formación, padece y reproduce la colonialidad del saber y del poder occidental.
Occidente intentó imponer su pensamiento como la filosofía universal. Y ese pensamiento moderno “superior”, en cuestión de tres siglos devastó y devasta la vida, sus ciclos, e incluso la capacidad regenerativa y autoclimatización de nuestra Madre Tierra.
Mientras esto ocurre, nosotros y los otros seguimos despreciando lo nuestro: Asumiendo que ellos tienen filosofía, nosotros sólo cosmovisión. Que ellos tienen arte, nosotros únicamente artesanía. Que ellos, religión, nosotros solamente creencias. Que ellos hablan idiomas, nosotros apenas lenguas. Que ellos, cultura, nosotros sólo tradiciones. Y así sigue y suman los desprecios semánticos “naturalizados”.
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*Ollantay Itzamná es indígena quechua. Acompaña a las organizaciones indígenas y sociales en la zona maya. Conoció el castellano a los diez años, cuando conoció la escuela, la carretera, la rueda, etc. Escribe desde hace 10 años no por dinero, sino a cambio de que sus reflexiones que son los aportes de muchos y muchas sin derecho a escribir se conozcan.
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