Servindi.- Organizaciones indígenas de las regiones
amazónicas de Loreto, Ucayali, selva central y Cusco, desarrollaron un
intercambio de experiencias en la perspectiva de construir y fortalecer
un Sistema de Vigilancia Indígena Amazónico.
El encuentro construyó participativamente el concepto de vigilancia indígena y se planteó la construcción de un sistema de vigilancia indígena amazónico, reconociendo los desafíos para articular las experiencias de las organizaciones que la promueven.
Los participantes definieron a “la vigilancia indígena como las acciones para el cuidado integral de las diferentes actividades que desarrollan las organizaciones indígenas, con el fin de preservar y proteger la vida y sus territorios”.
Se identificaron seis puntos de agenda común que luego serán suscritas en una declaratoria entre las cuatro organizaciones. Estos son: 1. Integralidad de la vigilancia indígena. 2. Reconocer e institucionalizar la vigilancia como una herramienta para el cuidado y protección de la vida y territorio y 3. Constituir un sistema de vigilancia indígena amazónico.
Asimismo, 4. Reforzar y visibilizar la participación de la mujer en la vigilancia indígena. 5. Trabajar para la construcción de herramientas que garanticen la sostenibilidad técnica y económica de la vigilancia indígena, y 6. Recuperar la memoria del movimiento indígena para fortalecer la vigilancia indígena.
El evento se realizó el 05 y 06 de abril en el marco del proyecto Fortaleciendo la Vigilancia Indígena que ejecuta Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), junto con la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), la Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (ACODECOSPAT), la Central Asháninka del Río Ene (CARE) y el Consejo Machiguenga del Río Urubamba (COMARU).
El proyecto se desarrolla gracias al apoyo de la Unión Europea.
Alfredo Fuentes, miembro del equipo técnico del COMARU, destacó “La importancia de este intercambio que ha permitido conocer que, si bien cada organización indígena tiene sus particularidades y prioridades, también pueden contemplar lineamientos comunes en el tema de la vigilancia indígena”.
Durante la visita a la zona del pasivo ambiental, las organizaciones verificaron que pese a que la empresa afirma haber remediado lo ocurrido, al día de hoy sigue habiendo petróleo en la quebrada Cuninico, a 3 metros de profundidad, bastando solo remover el agua para ver salir petróleo flotando en el agua.
Ander Ordoñez, monitor ambiental de la ACODECOSPAT, manifestó: “Ni la indemnización ni la compensación pueden valer todo lo que deja un derrame de petróleo. Nos damos cuenta que las empresas y el Estado trabajan irresponsablemente y no cumplen con las normas peruanas" dijo en referencia a Cuninico.
"el oleoducto está bajo tierra y sumergido en el agua, contrario a lo que indican las normas que debe estar sobre tierra. En la limpieza de la quebrada trabajaron hasta menores de edad sin protección alguna, se sumergieron en el petróleo para retirarlo y para poder levantar el ducto para que este sea parchado" prosiguió Ordoñez.
"es preocupante que ni el Estado ni la empresa dan la importancia de lo ocurrido y al menos saber en qué situación está la salud de los hermanos que participaron en la limpieza” concluyó.
El encuentro construyó participativamente el concepto de vigilancia indígena y se planteó la construcción de un sistema de vigilancia indígena amazónico, reconociendo los desafíos para articular las experiencias de las organizaciones que la promueven.
Los participantes definieron a “la vigilancia indígena como las acciones para el cuidado integral de las diferentes actividades que desarrollan las organizaciones indígenas, con el fin de preservar y proteger la vida y sus territorios”.
Se identificaron seis puntos de agenda común que luego serán suscritas en una declaratoria entre las cuatro organizaciones. Estos son: 1. Integralidad de la vigilancia indígena. 2. Reconocer e institucionalizar la vigilancia como una herramienta para el cuidado y protección de la vida y territorio y 3. Constituir un sistema de vigilancia indígena amazónico.
Asimismo, 4. Reforzar y visibilizar la participación de la mujer en la vigilancia indígena. 5. Trabajar para la construcción de herramientas que garanticen la sostenibilidad técnica y económica de la vigilancia indígena, y 6. Recuperar la memoria del movimiento indígena para fortalecer la vigilancia indígena.
El encuentro
El lugar del encuentro no pudo ser más especial. Tuvo lugar en la localidad de Cuninico, distrito de Urarinas, provincia y departamento de Loreto, donde en junio de 2014 se produjo la ruptura del oleoducto de Petro-Perú y se virtió 2,358 barriles de petróleo por falta de mantenimiento del ducto. Asimismo, en la comunidad San José de Saramuro.El evento se realizó el 05 y 06 de abril en el marco del proyecto Fortaleciendo la Vigilancia Indígena que ejecuta Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), junto con la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), la Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (ACODECOSPAT), la Central Asháninka del Río Ene (CARE) y el Consejo Machiguenga del Río Urubamba (COMARU).
El proyecto se desarrolla gracias al apoyo de la Unión Europea.
Alfredo Fuentes, miembro del equipo técnico del COMARU, destacó “La importancia de este intercambio que ha permitido conocer que, si bien cada organización indígena tiene sus particularidades y prioridades, también pueden contemplar lineamientos comunes en el tema de la vigilancia indígena”.
Las enseñanzas de Cuninico
El evento permitió evaluar los avances en la remediación de los daños en Cuninico, el papel que desempeñado por el Estado peruano y la efectividad de las respuestas de las instituciones públicas a este tipo de acontecimientos.Durante la visita a la zona del pasivo ambiental, las organizaciones verificaron que pese a que la empresa afirma haber remediado lo ocurrido, al día de hoy sigue habiendo petróleo en la quebrada Cuninico, a 3 metros de profundidad, bastando solo remover el agua para ver salir petróleo flotando en el agua.
Ander Ordoñez, monitor ambiental de la ACODECOSPAT, manifestó: “Ni la indemnización ni la compensación pueden valer todo lo que deja un derrame de petróleo. Nos damos cuenta que las empresas y el Estado trabajan irresponsablemente y no cumplen con las normas peruanas" dijo en referencia a Cuninico.
"el oleoducto está bajo tierra y sumergido en el agua, contrario a lo que indican las normas que debe estar sobre tierra. En la limpieza de la quebrada trabajaron hasta menores de edad sin protección alguna, se sumergieron en el petróleo para retirarlo y para poder levantar el ducto para que este sea parchado" prosiguió Ordoñez.
"es preocupante que ni el Estado ni la empresa dan la importancia de lo ocurrido y al menos saber en qué situación está la salud de los hermanos que participaron en la limpieza” concluyó.
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