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15 abr 2016

Extractivismo mortal

Por Guadalupe Rodríguez, @mamalunita1
Se ha escrito mucho estos días sobre Berta Cáceres.
#JusticiaParaBerta
Berta Cáceres vive
Como dice el comentario escrito por las hijas e hijo de Berta Cáceres y publicado con fecha 4 de abril 2016 en El País, Internacional la vida de su mamá “no calla”. Una llamada a la comunidad internacional, especialmente a todas las personas envueltas en los movimientos sociales a no olvidar y a no quedar en silencio.
El asesinato de Berta Cáceres es uno de esos puntos de inflexión que mezclan dolor y rabia con el convencimiento de que hay que seguir recorriendo el camino de la resistencia y de que ese es el camino adecuado: en dirección a la impotencia y la mordaza que suponen los poderes económicos y para encontrarse con éstos frente a frente.

La figura de Berta Cáceres, ya convertida en un icono, ayuda a comprender que la defensa de la naturaleza se encuentra hoy en la base de toda lucha social.
El acoso y derribo a la naturaleza para la imposición de proyectos de muerte como el propio proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en el río Gualcarque en Honduras, expone la irracionalidad del sistema económico. Este se basa en la extracción -muchas veces a modo de burbuja vacía para obtener créditos y subvenciones de agencias internacionales- de grandes cantidades de energía y materias primas para la fabricación de objetos de consumo inútiles que serán transportados larguísimas distancias consumiendo aún más energía, que se convertirán rápidamente en basura contaminante.
El caso de Berta Cáceres expone también con claridad la complicidad de gobiernos corruptos e inhumanos, faltos de toda ética y al servicio de empresas transnacionales. Y en el caso de Honduras incluso de facto para las élites nacionales y los poderes transnacionales del dinero offshore. “Es ahora cuando estamos sintiendo con más intensidad el golpe sucedido en Honduras”, señala una de las hijas de Berta Cáceres.
A diferencia de cientos de miles de campesinos e indígenas devenidos involuntariamente en activistas por la sóla necesidad de defender a sus familias, sus casas, sus territorios, Berta tuvo la oportunidad de ser reconocida y por eso también conocida en vida por muchas personas. Entre ellas muchos activistas a quienes la rabia y la impotencia nos ha servido de catapulta para elevar todavía más nuestras voces.
El reconocimiento recibido por Berta Cáceres arroja una luz sobre esa secuencia ilógica que forman el extractivismo, la penetración de las transnacionales y los tratados internacionales de libre comercio, la globalización; a los que sigue ¿o precede? la defensa de la naturaleza que es la de la casa y hasta la vida propia -como queda demostrado.

Berta Cáceres vive
#JusticiaParaBerta

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