“Las Razones del Illkun:
Memoria, despojo y criminalización” se llama el libro del Historiador
Martín Correa y del Trabajador Social Eduardo Mella, que relata en una
de sus secciones la historia del territorio en que fue asesinado el
joven Mapuche Rodrigo Melinao Lican.
Fuente: Mapuexpress
Son vastas extensiones que fueron
usurpadas y ocupadas por españoles, luego por colonos y en las últimas
décadas por compañías forestales. Tierras que son parte del territorio
ancestral Mapuche y que en forma permanente han sido reclamadas y
demandadas para ser devueltas a las comunidades, tal como lo hizo
Melinao, su familia y comunidad.
Dejamos para ustedes el capítulo en que este libro se refiere a esta zona:
10.4.- EL FUNDO CHIGUAIHUE Y LAS TIERRAS DEL LONKO PILLAN
En los faldeos del cerro Chiguaihue, en
la comuna de Ercilla, hacia mediados del siglo XIX, existía una
importante población mapuche, un lof que reconocía como autoridad
máxima, como lonko, a Manuel Pillan, y que se extendía entre el río
Malleco y el Huequen.
Sin embargo, luego de ser ocupado
militarmente el territorio, proceso que se verifica a partir de los
finales de la década de 1860, las familias mapuche son perseguidas, el
antiguo territorio mapuche es hijuelado y rematado a particulares,
quienes dan origen al fundo Chiguaihue. En contraste con ello, a las
familias mapuche se les entrega Título de Merced, en los cuales solo les
es reconocido en dominio los lugares en que tenían la ruca y los
huertos familiares, despojándolo del resto, del gran territorio.
No obstante lo anterior, en la memoria de
las familias mapuches el territorio antiguo continúa presente, así como
continúa presente como se perdió ese territorio antiguo. Don José
Garrido Marileo, comunero de Requen Pillan, la descendencia de Juan
Collío, habla con las palabras de su abuelo, José Marileo Huaiquimil, de
quien obtuvo la siguiente enseñanza:
“El conocimiento de nosotros es el de los
ancianos, y ellos conversaban de que todo este territorio era de los
mapuches anteriormente, era del río Malleco al río Huequen, y ahí
comenzaron a llegar los colonos, los más macucos estos, ahí acorralaron a
las comunidades, y donde los dejaron en un solo lugar le pusieron
reducción, porque ahora son comunidades, anteriormente eran reducciones,
Reducción Lemun, Reducción Juan Collío, y después al tiempo ya se
transformó y le cambiaron nombre, ahora son comunidades, pero
anteriormente todas eran reducciones, porque por no decirle que están
reducidos le pusieron reducción, eso era el territorio mapuche acá,
porque nosotros estábamos acorralados”. (93)
De la ocupación antigua y sostenida en el
tiempo existen múltiples antecedentes, documentales, orales, incluso
arqueológicos, y testimonio de ello es que “se ha encontrado harto resto
de alfarería, cosas de donde hacían loza los antiguos, piedras también,
boleadoras, ahí en la colinda de la fosa que hay con la Forestal
Mininco y Arauco, que es ahora, que antiguamente era de particulares, en
toda esa parte que está dentro del fuerte Chiguaihue hacia acá, del río
Malleco hacia acá. Ahí quedan huellas de la primera expedición que hizo
el ejército, hay un puente colgante ahí, unas fosas, en que se nota que
ellos ahí hicieron su expedición, son lugares como para protegerse. Y
si en todos estos campos no se notan muchas cosas es porque en todo este
tiempo han estado en manos de los fundos, pero ahora que se está
retomando se puede juntar la gente como para ir a ver esos terrenos,
pero anteriormente no había mucha posibilidad de entrar, había mucha
restricción para entrar.” (94)
Recordemos que esta zona, la zona de
Chiguaihue, ocupaba un lugar de privilegio en las acciones militares del
Ejército de la Araucanía, lo que se rescata de las mismas memorias del
Ministerio de Guerra, del relato de los jefes militares, no sólo como un
lugar estratégico de ocupación, sino como paso fundamental de las
tropas hacia el territorio arribano, hacia la precordillera, hacia los
caminos de Kilapán. Del mismo modo, desde la altura del Chiguaihue se
dominaba todo el área de ocupación una vez que el Estado chileno decide
adelantar la línea de fuertes y la ocupación militar del Bio Bio al
Malleco, adentrarse definitivamente en el territorio mapuche.
La importancia militar del cerro
Chiguaihue, sin embargo, no fue descubierta por el ejército chileno,
formaba parte de la estrategia del pueblo mapuche desde antaño. José
Millanao describe la importancia estratégica del cerro Chiguaihue, y
señala que “…los lonkos, los que defendieron el territorio mapuche, se
coordinaban con los siguientes cerros: Lonkotraro, al Este, el
Currimahuida y Truwilmahuida, que eran los más resaltantes, y en los que
se comunicaban con los que venían de Lumaco; los españoles cruzaban el
río Malleco, la ribera del río Malleco, y llegaban al río Huequen, donde
está el Vado Lirkay, donde hubieron grandes combates entre mapuches y
españoles. Está entonces el Collico, Lonkotraro, el Currimahuida y
Truwilmahuida… esos y el Cerro Chiguaihue eran los cerros importantes.
Esos son los cerros resaltantes que tenía el `pueblo mapuche para
comunicarse entre ellos y así defender el territorio. Se comunicaban a
través del kull kull, y a través de cualquier medio, habían diferentes
estrategias, las medidas de seguridad las planteaban los lonkos.” (95)
Sin embargo, para los mapuche además de
la importancia militar y la de constituir refugio ante la invasión
militar, el cerro Chiguaihue tenía, y tiene, una importancia
fundamental, que va más allá, ya que es considerado “un cerro sagrado de
los mapuches, ahí hacían sus rogativas, después con el winka no se
podía entrar al cerro pero siempre se inclinaban hacia el cerro para
hacer sus rogativas. Yo siempre veía que el finado de mi abuelo cuando
hacía sus rogativas, porque los mapuches lo hacen así en forma
individual de repente, se inclinaba hacia el cerro, eso yo lo vi”,
cuenta don José Garrido Marileo.
No
sólo eso, sino que además, “Esa parte del cerro Chiguaihue es
importante por su naturaleza y más por el agua, es la que da la vida a
la comunidad, a todos, esa es la importancia del cerro Chiguaihue, la
naturaleza, la fuerza que tienen los cerros, por las aguas, los árboles,
todo eso que nace ahí, las plantas medicinales, las plantas naturales
que nacen ahí, todo eso es muy importante, por eso que siempre se luchó
por recuperar todo eso. En esa parte, desde un principio, empezaron la
lucha los abuelos de nosotros por la tierra usurpada, especialmente en
la parte Chiguaihue, ya que la parte del cerro Chiguaihue es la parte
principal de toda la naturaleza de nuestras comunidades, las fuentes de
agua nacen del cerro.” (96)
Todo ello fue sustraído del dominio
mapuche y es adjudicado a particulares en la década de 1870. A ello se
agrega el que si hasta entonces las familias mapuche participaban de un
lof, la organización tradicional, a partir del proceso de radicación son
divididas y separadas, dejan de colindar entre sí, y se les otorga un
título de merced a nombre de un representante o requirente que no
necesariamente coincidía con la máxima autoridad del área, en este caso
el Lonko Manuel Pillan.
Francisco Levipan, de la comunidad de
Loncomahuida, relata al respecto que “Manuel Pillan es el antiguo Lonko
de acá. Nosotros lo que hemos recopilado del poco de historia que
tenemos el era como un gran Lonko de todas las comunidades que están
aquí, Ignacio Lemun, Juan Collío, y él era el jefe máximo de todas las
comunidades, y dentro de eso han nacido varias comunidades” (97), lo que
es reafirmado por Rodrigo Curipan, comunero de Chequenco, quien
recuerda que de sus antiguos escuchó que “el Lonko Pillan no era de
nombre Pillan sino que se llamaba Lonkopillan, era el Lonko de estas
tierras ancestrales, y entonces después producto de la ocupación militar
y la resistencia es que empezaron a quedar mucho más reducidas las
familias, y la situación de la reducción de las tierras fue que
finalmente nos involucró en un terreno mucho más chico, que era
específicamente del Lonkopillan, pero las tierras eran mucho más amplia.
Esto me lo contó don Rosario Mendoza Marín, y a él se lo contó su
abuelo”. (98)
A Manuel Pillan, antigua e importante
autoridad, no le es adjudicado Título de Merced, quizás por la misma
razón de ser una autoridad respetada por el pueblo mapuche y por
la amplitud de su jurisdicción, y claramente personajes de dicha
estatura no entraban en los planes de una colonización a la fuerza y
desconocedora de los derechos indígenas. Lo anterior adquiere niveles
grotescos si vamos más allá de los testimonios de los descendientes
actuales de aquellos mapuches, yendo incluso a los documentos
oficiales, tan oficiales como la Carta General de Colonización, carta en
la que en la Hijuela Nº 364 aparece nombrado Manuel Pillan, y no
obstante ello no le entregaron Título de Merced.
Recordemos
lo que señalaba al respecto Juan Pichun, werken de Temulemu,“aquellos
que luchaban por mantener el territorio amplio son los que no figuran en
los Títulos de Merced. Los que aparecen reivindicados en los títulos de
merced son específicamente los lonkos que se vendieron o se rindieron
ante el winka”.
Yendo
incluso más allá, Lorenzo Curipan señala la intencionalidad que había
detrás, y relata que “Según contaba el finado de mi padre, antes de
nuestra generación estaba Manuel Pillan, cuando llegaron los colonos, él
era el que mandaba en esta parte, después ya llegaron Collio, Juan
Coli, Requen Lemun, hicieron como división de las familias, … el mismo
Estado los reducía, para entregarle tierra de a poquititos, engañarlos,
como lo están haciendo ahora.” (99)
En definitiva, en la antigua jurisdicción
de Manuel Pillan comienzan a convivir, a partir del proceso de
reducción territorial, dos realidades: las familias mapuches en títulos
de merced, reducidas, sin posibilidad de acceso a los recursos que les
permitían la supervivencia material y cultural, los bosques, las aguas; y
los colonos, quienes se adjudicaron en remate fiscal las tierras que se
sustrajeron a las familias mapuche, dando al fundo Chiguaihue, un fundo
emblemático en la historia mapuche de Malleco.
¿Como se origina el fundo Chiguaihue?
Según José Eugenio
Curipan, comunero de Ranquilco, “Decían que anteriormente se llegaba
hasta el río Malleco por el Norte, pero empezó a llegar gente cuando
llegó Collipulli, no ve que lo hicieron aquí en la Villa Chiguaihue, esa
es la primera puebla que hicieron, después querían hacer el camino de
rieles, no lo hallaron bueno y lo cambiaron, lo querían hacer por acá
adentro, iba a salir la línea de este lado, y después como esa parte no
la encontraron buena, no era firme la tierra para hacer el puente, esa
parte de la Villa Chiguaihue, lo trasladaron p’allá, a lo que es el
pueblo grande de ahora, Collipulli, que sale nombrado. Y desde ahí
empezaron a arrinconar todo para acá, cuando llego también ese caballero
McKay, ahí fue cuando a nosotros nos empezaron a arrinconar, ahí nos
dejaron encerrados a nosotros acá.” (100)
Efectivamente, entre los primeros
propietarios de las hijuelas que luego darán forma al fundo Chiguaihue
es Juan Mackay, quien adquirió las tierras citadas en remate fiscal en
el año 1897, y al decir de Lorenzo Curipan, “a mi me contaban que Mc Kay
mandaba de Lolenco hasta Pidima, eso contaban los antiguos. De ahí le
vendieron a Anguita, así se fueron haciendo dueños ellos después.” (101)
Así como a Mackay, también se adjudicaron
hijuelas mapuches a otros particulares, específicamente la Hijuela
Nº376, de la comunidad Los Loloco, a Anfión Muñoz, quien como Ministro
de Obras Públicas asignó grandes extensiones de terreno a colonos en
Victoria y Curacautín, accionar que a su
vez le fue premiado por el Gobierno chileno con miles de hectáreas
vírgenes, lo que le permitió, entre otras cosas, donar toda la madera de
pellines, mañíos y araucarias para entablar las calles de Victoria, una
vez fundada esta ciudad.
Es decir, bajo un manto de legalidad se
formó la propiedad particular no mapuche en Chiguaihue: se parceló el
territorio, se remataron las hijuelas, se adjudicaron las hijuelas, se
inscribieron ante el Conservador de Bienes Raíces, y luego, sumando el
conjunto de ellas, se dio forma al fundo Chiguaihue. Un clásico en
cuanto a la forma de constituir la gran propiedad latifundaria en el
territorio mapuche.
En la práctica, el Estado chileno entrega en las antiguas tierras del gran Lonko Manuel Pillan los siguientes Títulos de Merced:
Los comuneros de José MIllacheo Levio,
“Chequenco”, 154 personas en ese entonces, fueron radicados por Título
de Merced Nº 1.611, fechado el 30 de diciembre de 1908, en la hijuela
Nº381 de 338 hectáreas de terreno (102); la comunidad de Juan Collio,
“Requen Pillan”, fue radicada por Título de Merced Nº663, de 18 de
diciembre de 1898, en la hijuela Nº364 de 375 hectáreas de terreno
(103); y finalmente, la comunidad de “Loncomahuida”, en la persona de
Antonio Panitrur y a favor de 92 personas, fue radicada en virtud del
Título de Merced Nº 1.137 de 29 de octubre de 1906, adjudicándoseles la
hijuela Nº352, de 500 hectáreas de terreno. Esta última llama
especialmente la atención ya que además de que la superficie del cacique
Panitrur habría sido mayor según señalan los comuneros de Loncomahuida,
“se extendían hacia el norte, no alcanzábamos a llegar al río Malleco,
pero se quedaba como a un kilómetro y medio” (104), es una situación
contradictoria hasta en términos lingüísticos, ya que en Mapudungun, en
la lengua de la tierra, ‘Loncomahuida’ significa la ‘cabeza de la
montaña’, haciendo referencia a la altura del cerro Chiguaihue, que es
precisamente donde se insertaron los fundos particulares, precisamente
aquello que se sustrajo del dominio mapuche.
Situación especial también es la de la
comunidad de Los Loloco, ya que sus familias no fueron radicadas por
Título de Merced, y no obstante ello, hasta la actualidad son
propietarios de la hijuela Nº376, de 715 hectáreas,la que expropiada en
1961 al fundo Chiguague, y dividida en 1984 en 37 hijuelas. Si bien la
hijuela Nº376 formaba parte del fundo Chiguaihue existen antiguos y
específicos antecedentes de ocupación en el área, siendo uno de ellos el
que en la Carta General de Colonización de Bologna de 1917 se denomina
explícitamente a la hijuela Nº376 como ‘Los Loloco’.
Al respecto el dirigente Juan Millacheo
Levinao relata que ”a nosotros esas tierras las entregaron en 1961,
estuvo usurpado y entonces yo tuve que reclamar esas tierras… Esas
usurpaciones son de cuando los particulares empezaron a arrendar los
terrenos por 90 años, ahí empezó la toma de terrenos indígenas, pero
nosotros sabemos perfectamente que esas tierras son indígenas y las
hemos ocupado. En el tiempo anterior José Millacheo Levio, mi abuelo,
estaba a cargo de todas esas tierras.” (105)
A ello se enfrentó, y se enfrenta hasta
nuestros días, la legitimidad de origen del fundo Chiguaihue. Las
familias mapuche señalan que previo a la radicación ocupaban la
totalidad del espacio territorial donde se asentó dicho predio, no sólo
donde se encontraban las rukas, los huertos familiares, es decir, lo
cercado, sino también los bosques, las aguas, los cerros, todo lo que en
conjunto conformaba al hábitat mapuche, aquello que se sustrajo de su
dominio. También señalan las familias mapuche del sector que nunca se
desprendieron de dichos espacios, que el Estado chileno, en un acto
unilateral revestido de legalidad lo declaró ‘sin ocupación’ y lo remató
a los particulares que luego dieron forma al fundo Chiguaihue, pero que
los mapuches nunca enajenaron sus derechos, y por el contrario, dichos
derechos se han mantenido como la base de sus demandas territoriales.
No es sino por eso que desde un principio
las familias mapuche del sector, conocidas por la lucha que dieron al
Ejército de Ocupación de la Araucanía, se opondrán a la presencia de
particulares a quien nunca les vendieron sus derechos territoriales; es
también allí donde ya en la década del 30 se producen conflictos por la
ocupación material del predio, entre los particulares y los mapuche,
muchos de los cuales terminan en pleitos judiciales; es también el fundo
Chiguaihue el primer predio tomado por las familias mapuches, incluso
antes del proceso de Reforma Agraria (en el año 1961), y luego allí se
forma un exitoso asentamiento, el Asentamiento Miguel Cayupan; no es de
extrañar, también por lo mismo, que es el primer predio en el que se
presentan elementos de ultra derecha y latifundistas armados –a fines de
1969- con el objetivo de recuperar el predio tomado; originario de
Chiguaihue es el primer muerto durante la Reforma Agraria, de apellido
Collío, asesinado por Ignacio Silva Correa, el dueño del predio; y
también en el fundo Chiguaihue es asesinado Alex Lemun Saavedra, en
Noviembre de 2002, el primer mapuche muerto de los gobiernos de la
Concertación, asesinado por el carabinero Marcos Treuer en defensa de
los intereses del entonces y actual propietario del fundo Chiguaihue, la
Forestal Mininco.
Todos y cada uno de dichos sucesos ocupan
un lugar de privilegio en la memoria histórica de las comunidades
mapuche del sector, y son elementos fundamentales a la hora de
plantearse las demandas territoriales y a la hora de realizar acciones
para hacer efectivas dichas demandas.
Lo grave es que estos hechos no sólo
forman parte de la memoria comunitaria mapuche, también lo son de los
documentos oficiales, aunque de ello se haga vista gorda. A modo de
ejemplo citamos lo que se lee en la Memoria del Protector de Indígenas
de Malleco de 1911, Javier L. Arrieta, quien al describir la labor
judicial expone que ésta es “Dificultosa por las múltiples incidencias
que formulan los detentadores de tierras indígenas, amparados la mayor
de las veces por tinterillos inescrupulosos”, agregando que se
tramitaban en ese entonces 332 juicios, “todos de grande importancia
atendida su cuantía y tendientes a recuperar para los indígenas extensos
suelos ocupados indebidamente por particulares.”
Haciendo más oscuro aún el panorama, al
definir la labor administrativa describe que muchos problemas pudieran
subsanarse por vía administrativa, pero que eso no ocurre “porque las
autoridades administrativas o judiciales de menos cuantía no tienen
buena voluntad y no cumplen generalmente con su deber. De el Juez de
Purén no se ha podido obtener justicia a causa de éste tener con los
indígenas negocios de siembra a medias y ocupar indebidamente terrenos
de propiedad indígena”, concluye en sus Memorias.
_________________________
Citas de esta sección
92 Memoria del Protector de Indígenas de Malleco, 1911, Javier L. Arrieta.
93 Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
94 Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
95 José Osvaldo Millanao Coñomil, 7 de Julio de 2007.
96 José Garrido Marileo, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
97 Fancisco Levipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
98 Rodrigo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
99 Lorenzo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
100 José Eugenio Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
101 Lorenzo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
102 Título de Merced Nº1611, “José Millacheo Levio”, inscrito en el Tomo IV del Registro Conservador de la Propiedad Indígena, en la página 333.
103 Título de Merced “Juan Collio”, de 1898, anotado en la pág.228, Tomo II, bajo el Nº650 del Registro Conservador.
104 Reunión “Catastro de conflictos y demandas de tierras mapuches”, Ercilla, 23 de septiembre de 1993.
105 Reunión “Catastro de conflictos y demandas de tierras mapuches”, Ercilla, 23 de septiembre de 1993.
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Citas de esta sección
92 Memoria del Protector de Indígenas de Malleco, 1911, Javier L. Arrieta.
93 Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
94 Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
95 José Osvaldo Millanao Coñomil, 7 de Julio de 2007.
96 José Garrido Marileo, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
97 Fancisco Levipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
98 Rodrigo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007.
99 Lorenzo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
100 José Eugenio Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
101 Lorenzo Curipan, Chiguaigue, Ercilla, 1 de Septiembre de 2007
102 Título de Merced Nº1611, “José Millacheo Levio”, inscrito en el Tomo IV del Registro Conservador de la Propiedad Indígena, en la página 333.
103 Título de Merced “Juan Collio”, de 1898, anotado en la pág.228, Tomo II, bajo el Nº650 del Registro Conservador.
104 Reunión “Catastro de conflictos y demandas de tierras mapuches”, Ercilla, 23 de septiembre de 1993.
105 Reunión “Catastro de conflictos y demandas de tierras mapuches”, Ercilla, 23 de septiembre de 1993.
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