– Invaden sus territorios, los amenazan, los obligan a
irse. Cuando deciden permanecer y ofrecen resistencia, simplemente los
matan. En los últimos 7 meses, 3 423 indígenas en Colombia fueron
víctimas de violaciones de derechos humanos, realidad que se repite año a
año.
Servindi.- Según un informe presentado el lunes
por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en lo que va
del año 3,423 indígenas fueron víctimas de violaciones de derechos humanos, incluidos 28 asesinatos.Los casos comprenden desplazamiento forzado de 1,995 indígenas y la confinación de 1,081 indígena, de acuerdo al informe “Vulneraciones de los derechos humanos e infracciones del Derecho internacional humanitario”.
El documento, que la Onic entregó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Bogotá, subraya el caso de 912 indígenas del pueblo Eperara Siapidara confinados en una zona rural del municipio de Timbiquí, en el departamento del Cauca.
Debido a la presencia de “personas encapuchadas y armadas en sus tierras”, la comunidad tuvo que concentrarse y tomar medidas de autoprotección, que incluyen la suspensión de actividades productivas y la jornada escolar, explica el informe.
Igualmente, se menciona el caso de los 168 indígenas de la etnia Emberá Katío que fueron obligados a abandonar sus tierras tras ser amenazados de muerte por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
No solo sufrieron desplazamiento sino que además el gobernador fue declarado “objetivo militar”, dice el informe.
Asimismo, el documento resalta el desplazamiento de grupos de indígenas producto del enfrentamiento entre el Ejército y la guerrilla. La presencia de esta última incrementa el riesgo de reclutamiento de jóvenes, y el temor a desarrollar actividades de sustento diarias como pesca y agricultura, causas que originan el desplazamiento.
Acerca de los 28 indígenas asesinados, se indica que se dieron luego de un pico de amenazas contra ellos, procedentes esencialmente de las bandas criminales nacidas tras la desmovilización de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como Los Rastrojos y Águilas Negras.
En total, en lo que va de año se han registrado 13 amenazas contra indígenas, una contra persona protegida y cinco colectivas, detalla el informe. Esas amenazas proceden también de la organización extremista identificada como “Mano Negra”.
Asimismo, han sufrido dos bombardeos, un asalto y una persona ha sido desaparecida, se precisa.
En medio del caos
De acuerdo al informe, este amenazante escenario que se ciñe sobre los pueblos indígenas de Colombia se debe a los intereses y el accionar de grupos armados ilegales (subversivos y paramilitares) y del Ejército colombiano dentro de sus territorios.Señalan en primer lugar, la hostilidad contra los indígenas de estas fuerzas armadas, tanto las ilegales como las del gobierno, sumado y acrecentado a la violencia que se desata producto de los combates entre estos mismos grupos por el dominio y el control territorial.
La amenaza tiende a agravarse, agrega el informe, por los intereses de la fuerza pública por combatir la insurgencia en Colombia, ocasionando una fuerte presión en búsqueda de resultados militares, lo que ha desencadenado que el Ejército colombiano genere combates violentos en territorios indígenas.
Esto, a su vez, se vincula estrechamente a intereses extractivistas, madereros y de narcotráfico sobre territorio indígena.
“La abundancia de recursos naturales en las tierras indígenas se convierte en detonante de la violación de sus derechos fundamentales, tanto por parte del Estado como de grupos armados ilegales y empresas privadas en busca de beneficio económico”, se indica.
En su intención de luchar y denunciar por sus derechos colectivos e individuales frente a las amenazas y extrañas presencias, es que los indígenas son desplazados, confinados, amenazados y asesinados, además de verse en medio de un permanente fuego cruzado.
La ONIC concluye su informe con un mensaje a quienes les “asesinan, torturan, desplazan, confinan, violentan, persiguen y estigmatizan”.
“Seguiremos de pie con dignidad, exigiendo nuestros derechos ancestrales, humanos y fundamentales, así como denunciando los hechos victimizantes que están teniendo lugar en los territorios, protagonizados por actores armados legales e ilegales”, culmina el informe.
Puede leer el informe completo de 22 páginas haciendo clic aquí.
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